HARRY... CONÉCTAMELA

C U A R E N T A

— ¿Cuál es la casa?- preguntó mientras corría hasta el armario a buscar una remera limpia. No había tiempo para bañarse.

Su padre lo miró con confusión, pues la actitud del rizado le resultaba extraña. — ¿Qué casa?

—De Lo… de Johannah…

—Son los Tomlinson, hicimos un servicio ahí hace poco.

Harry sonrió incrédulo recordando a la perfección aquella casa. El destino lo había estado juntando con Louis y él había sido un ciego.

—Vale… tengo que salir.

No dejó que su padre le respondiera, pues la emoción de ir a ver al pequeño ojiazul no le permitía controlar la ansiedad de su encuentro. Se sentía un imbécil. ¿Qué estaría pensando Louis de él? ¿Lo perdonaría? ¿Debería llevarle algo? Negó a la vez que soltaba un suspiro.
¿Por qué le causaba tanta emoción y por qué se debatía tanto? Simplemente debía llegar a su casa, disculparse, explicarle lo que había pasado con su ausencia e irse… O bueno, en el mejor de los casos Louis lo invitaría a pasar y quizás lo besaría. O quizás no, Louis seguía siendo ocho años menor que él. Pero si no hay denuncia no hay delito ¿no? Además no pasaría de un beso… ¿o si?

—Basta Harry.- se susurró así mismo.

Condujo con cuidado y con mucha más tranquilidad hacia la pequeña casa de los Tomlinson. ¿Cómo no se había dado cuenta de que el joven de los mensajes era el mismo que lo había estado mirando sin pudor cuando hizo esa instalación? ¿Por qué no se dio cuenta que era el mismo que estaba en la casa de los Malik? Era un idiota, no había dudas.

Se paró frente a la casa y respiró hondo antes de llegar su dedo índice al timbre. Éste emitió una melodía corta y graciosa que alivió un poco sus nervios. Agachó la mirada a la vez que escuchó la cerradura abrirse, al fin vería de frente a Louis… o al menos ahora sería consciente de quién era.

—¿Ha-harry?

El oijiverde alzó la vista para encontrarse con lo más hermoso que había visto en mucho tiempo. Un pequeño castaño con el pelo revuelto y sin camisa lo miraba con los ojos azules bien abiertos. Podía ver que su boca se movía pero no emitía ningún sonido, estaba balbuceando en silencio y se le hizo algo muy tierno. Los tatuajes que había visto en las fotos ahora se apreciaban con mejor precisión y Harry no pudo evitar pensar qué se sentiría pasar sus dedos por ahí.

Pero no todo tiene que salir bien. No si se trata de Louis, porque por alguna razón se veía siempre envuelto en mal entendidos. Justo como ahora que el rubio salía en bóxer detrás de sí y miraba con atención al rizado que estaba en la puerta. Harry carraspeó incómodo haciendo que el muchacho hablara.

—Lou, te estamos esperando. Se enfría la cama.

El pequeño castaño abrió los ojos e hizo una mueca de disgusto, no le gustaba la forma acusadora y molesta en la que Harry lo estaba mirando ahora.

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Hola dulces criaturas. ¿Subo el siguiente capítulo ahora o los dejo esperando hasta mañana? ;)

Espero que estén muy bien, gracias por su amor. Los quiero mucho, me alegran la vida con sus comentarios ❤