CUARENTA Y CINCO

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-¡Una daga!-Gritó eufórico sin esperar que la pregunta del rizado se formulara.-Mira aquí tengo el diseño.- sacó su celular del bolsillo de los pantalones y Harry quiso reir por la emoción que Louis irradiaba por algo tan simple como un tatuaje.


-Vale, a ver.-se acercó hasta quedar a un lado del menudo cuerpo.-Si, puedo hacerla. Déjame dibujarla, ¿cuándo te la quieres hacer?


-¡Ahora!-gritó haciendo soltar otra risa al ojiverde.


-Tengo que hacer la plantilla y comprar nuevas agujas.-mencionó sintiendo el pesar de Louis que parecía apagar la emoción de su rostro.-Pero podemos hacerlo mañana, ¿qué dices?



-¿En serio?- Harry asintió sin dudar.-¡Si! Siempre me los hace Mike, un tatuador del centro, pero me cobra caro y estaba reuniendo el dinero.- dijo dando vueltas alrededor de la habitación siendo seguido por unos ojos esmeraldas.-¿Tú cuánto vas a cobrarme?- mencionó coqueto levantando una ceja, ganándose una mirada curiosa de Harry y su sonrisa ladeada.



-Todavía no he pensado en eso, mañana te digo.- Louis solo sonrió y le guiñó un ojo. Harry no podía creer la desfachatez en alguien tan joven. ¿Él había sido así alguna vez en su vida? Seguro que no, jamás se lo hubiera permitido.-Tenemos que bajar o nos dejarán sin helado y a eso haz venido ¿no?



El castaño liberó una pequeña risa que fue como un canto celestial para cualquier ser mortal.-Odio el helado de limón.- dijo antes de salir de la habitación dibujando una sonrisa sutil en los labios del mayor.

HARRY... CONÉCTAMELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora