"Huston, los perdimos jijijiji." Leticia hablaba con alguien que había entrado con ella.
"Fernando Mendiola, tu eres el presidente de esta empresa, como es posible que des esos espectáculos, por el amor de Dios, nunca vas a dejar de ser un niño, ¿verdad?"
Fernando y Omar se congelaron al escuchar esa voz tan familiar que instantáneamente los devolvió a su infancia. "¿Mamá? ¿Qué haces aquí?" Fernando no daba crédito a sus oídos.
"Fernando, ¿de verdad creíste que me iba a perder la boda de mi único hijo?"
"¿Qué? ¿Ariel también se va a casar? Y yo pensando que seguía preso." Fernando codeo a Omar.
"Fernando, no seas así." Leticia le pegó suavemente en el brazo, podía ver que sus palabras le dolieron a Doña Teresita.
"Déjalo, Lety. Tiene razón. Pero no importa." Doña Teresita abrazó a su hijo.
"Perdón mamá, pero la última vez que hablé con ustedes, parecía importarles muy poco mi boda. ¿Y mi papá?"
"Está allá afuera, las secretarias no lo quieren soltar, ya sabes."
"Ya me imagino." Fernando le sonrió a su mamá. "Qué bueno que vinieron, sinceramente no lo esperaba. Pasa, siéntate." Señalo a la salita de presidencia.
"Bueno, yo me despido, tengo mucho trabajo. Nos vemos el domingo hermano." Omar abrazó nuevamente a Fernando.
"Teresita, ha sido un gusto verte, tan elegante como siempre." Omar le dio un beso en la mejilla a la mamá de Fernando. "Lety, preciosa," Omar la tomó de la mano para darle una vuelta y Lety le siguió el juego, "una vez más, felicidades." Besó la mano de Leticia como todo un caballero, esquivando una patada de Fernando y se dirigió a la puerta, donde casi se tropieza con Don Humberto. "Don Humberto, que gusto." Le dio un abrazo palmeando su espalda y desapareció tras la puerta.
"Papá, hombre no puedo creer que están aquí." Fernando abrazo a su papá y se dirigieron a la salita. Fernando se sentó con Lety en uno de los sofás y sus papás en el otro.
"Como lo dudaste hijo. Yo sé que te dije que íbamos a estar ocupados con Ariel, pero jamás nos hubiéramos perdido tu boda."
"¿Cómo van las cosas con el?" Preguntó Fernando, mas por cortesía que por verdadero interés.
"Hay Fernando, yo no quiero hablar de él. Solo vamos a estar aquí unos días, y quiero que los pasemos felices." Teresita le sonreía a su hijo.
"Si hijo. Por lo que oigo allá afuera, por aquí las cosas marchan de maravilla. Me da gusto ver tanto movimiento en la empresa..."
"Humberto, ¿En que habíamos quedado?" Teresita regañaba a su esposo.
"Ya se, ya se. Nada de negocios." Don Humberto se cruzó de brazos.
Leticia miraba la escena con gusto. Ella sabía que, aunque Fernando no lo quería admitir, había estado triste al saber que se casaría y sus papás no estarían ahí. Así que cuando vio a Don Humberto y a Doña Teresita en la recepción sintió una profunda alegría por Fernando.
Estuvieron en presidencia hablando hasta que casi se les hace tarde para ir a la cena en el hogar Padilla. Leticia había hablado con su mamá esa tarde para preguntarle si podía invitar a los Mendiola a la cena que los había invitado Don Erasmo. Ellos estaban más que contentos de conocer a sus consuegros.
La noche pasó amenamente, compartiendo anécdotas y memorias de las infancias de sus hijos y las esperanzas para el futuro. Fernando y Leticia se sentían muy contentos que todas las cosas se habían arreglado con sus padres con el tiempo justo para la boda. A la hora de despedirse, Don Humberto y Don Erasmo hicieron planes de ir a jugar golf al día siguiente, mientras sus esposas decoraban el salón del club para la recepción con Leticia y Carolina.

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La Fea Más Bella: Y Llegaste Tú
RomanceTodos hemos escuchado la historia de la secretaria que se enamora de su apuesto jefe. Leticia Padilla Solís es una mujer muy inteligente pero muy fea que nunca ha tenido suerte en el amor. Ella que llega a trabajar a una empresa donde el valor de un...