Capítulo 86: Felicidad.

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Fernando y Lety fueron a almorzar a un restaurante no muy lejos de Conceptos. Después de ordenar su comida, Leticia alimentó a la bebé. Se pasaron la hora de la comida hablando de todo un poco, incluyendo el futuro de la empresa. De camino de regreso a la empresa, Leticia había insistido en quedarse, aunque fuera un rato para hablar con sus amigas. Cuando regresaron a la empresa, el piso administrativo estaba vacío, gracias a que las secretarias seguían en su hora extendida de almuerzo. Esta vez era Fernando quien empujaba el cochecito donde encajaba el asiento de su hija con una mano y la otra entrelazada con la de su esposa. Cuando entraron a presidencia, Andrea dormía felizmente en su asiento y Fernando la empujó hasta la salita antes de sentarse en su silla presidencial. Leticia se sentó en una de las sillas frente a él regalándole una sonrisa.

"¿Y esa sonrisa?" Fernando le preguntó.

"¿Necesito una razón para sonreír?" Ella levantó una ceja.

"Claro que no. Solo pensé que había una razón especifica." Él le regaló su sonrisa favorita.

"Simplemente soy feliz." Lety se puso de pie y se paró detrás de él, abrazándolo por el cuello para reposar sus manos sobre su pecho. "En esta oficina hemos pasado por muchas cosas y hoy una nueva; aquí duerme nuestra hija. Nuestra hija Fernando. ¿Te das cuenta de lo maravilloso que es eso para mí? Cuando yo llegue a esta empresa, hace casi dos años, era una niña con muchos sueños e ilusiones. Y cuando te digo sueños, te estoy hablando literalmente. Mas de una vez me despertaste de ellos, cuando me imaginaba como seria que tú te fijaras en mí. Pero ni el más creativo de mis sueños se pudo comparar con esta felicidad que estoy viviendo."

"Yo también soy muy feliz. A pesar de haber estado siego por mucho tiempo..." Fernando tomó una de las manos de Leticia y la jaló para sentarla sobre sus piernas. "Le doy gracias al cielo por traerte a mi vida... aunque si soy sincero, me falta una cosa para ser completamente feliz." Fernando le dijo, acariciando una de sus piernas.

"¿Oh sí?" Lety se mordió el labio inferior sensualmente, conociendo muy bien a su esposo. "¿Y qué cosa será esa?"

Fernando, en lugar de contestarle, tomó su rostro en sus manos y comenzó a besarla sedientamente, acariciando su suelta cabellera. Lentamente bajó a su cuello, provocando que ella soltara un suave suspiro. Fernando la tomó por la cintura y la sentó sobre su escritorio, abriéndole las piernas y sin dejar de besarla abrió los botones de su camisa. Lentamente bajó hacia su pecho, acariciándolo por encima de su sostén antes de seguir su recorrido por su estómago.

"Licenciada Mendiola," Fernando suspiraba agitado al llegar al borde de su pantalón, "como su jefe y esposo, le prohíbo rotundamente el uso de pantalones. Me complican demasiado la vida."

"Hay Don Fernando," Le susurró Leticia al oído completamente excitada, "¿Me va a decir que no está dispuesto a asumir el reto?"

Para Fernando, las palabras de Leticia fueron como gasolina sobre un fuego que ya ardía por sí solo. Rápidamente se puso de pie para dominarla por completo sobre el escritorio, deshaciéndose del jeans de su esposa, junto con su ropa interior, de un solo movimiento.

"¿Decías?" La retó el, provocando que ella también le arrancara la ropa entre besos y caricias, facilitándole la entrada a su cuerpo.

Fernando abrazó a Leticia a su cuerpo, para sentarse nuevamente y sin detenerse Leticia se acomodó sobre él, con una pierna a cada lado. Lentamente, ella comenzó a moverse sobre su miembro ahogando los gemidos que le provocaba semejante penetración con los labios de él. Leticia comenzó a moverse muy sensualmente sobre su esposo, susurrando su nombre una y otra vez, provocando que los dos llegan al clímax mucho más rápido de lo acostumbrado.

La Fea Más Bella: Y Llegaste TúWhere stories live. Discover now