Capitulo 6 -Antes-

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Un fuerte golpe en la puerta de "mi caja" me despertó. Me levante sobresaltada, con el corazón palpitándome a mil por hora. Mire hacia todos lados en medio de la oscuridad hasta que nuevamente sonó aquel golpe contra la puerta.

- ¡Hora de levantarse, chica vete al infierno! - gritaba la voz de Negan al otro lado de la puerta - Abre la maldita puerta, Dwight.

La puerta se abrió y la luz blanca de afuera me segó. Coloque mi mano derecha sobre mis ojos y comencé a parpadear hasta que mi vista se acomodó a la luz, permitiéndome ver bien.

- Ya levántate, tenemos trabajo hoy - hablo Negan - Sácala de ahí, D.

Dwight entró y me tomo, conos de costumbre, bruscamente del brazo, y me saco de la habitación.

- Antes de empezar, iras a asearte y te pondrás ropa decente - dijo Negan - Entrenarás.

Y sin más se alejó de nosotros, silbando y con su bate al hombro.

- Andando - me dijo Dwight y comenzamos a caminar a las duchas - Ya tienes ropa y los elementos para asearte dentro del baño. Tienes quince minutos. No intentes nada estupido porque te aseguro que no resultará - me dijo en la puerta de las duchas - Esperaré aquí. Quince minutos.

Entre al cuarto de duchas y cerré la puerta detrás de mi. En un pequeño banquito había ropa limpia, y sobre ella un shampoo, un jabón, un cepillo de dientes y dentrifico. Rápidamente me desvestí y abrí el agua de la ducha. ¡Agua caliente! Madre mía, lo que extrañaba sentir el agua caliente correr sobre mi cuarto. Ala fuerza del chorro golpeando contra mi cabeza, una sensación realmente relajante. Disfrute cada segundo porque lamentablemente sabía que no podía darme el lujo de demorarme. Me apresuré en ducharme y lavarme los dientes.

- ¡Dos minutos! - escuché gritar a Dwight desde el otro lado de la puerta.

Termine de vestirme y acomodarme. Tome la ropa sucia y salí.

- ¿Dónde dejó esto? - dije mostrándole la ropa que me había quitado.
- Lo llevarás contigo, ahora lo lavarás.

Dwight me dirigió al cuarto de lavado. Allí había varias bachas con una tabla de fregado y un jabón cada una. También había dos enormes tenderes de ropa. Me acerqué a una bacha y dejé toda mi ropa dentro de ella.

- ¿Qué acaso no hay lavarropas aquí? Tantas comodidad y lujos que dicen tener - hable irónica.
- No puedes gozar de esos privilegios todavía - me respondió Dwight.

Rodé los ojos y abrí el grifo. Tome mi camiseta, la remoje y estire sobre la tabla, luego la enjaboné y comencé a fregar.
Veía como la mugre iba desprendiéndose de la ropa. <<Vaya, porqueria>>
Cuando termine colgué toda mi ropa en uno de los tenderes.

- Andando - ordenó Dwight.
- ¿A dónde vamos?
- Negan tiene una tarea para ti.
- ¿Qué cosa?
- Ya te dirá.

Nos dirigimos a la habitación de Negan, al llegar Dwight toco la puerta y al escuchar el "pase", ingresamos.

- ¡Pero mira que bien te ves aseada! - exclamó Negan al verme. Yo lo mire seria - Un gracias no vendría mal, ¿sabes? Vamos. Dilo
- Gracias - dije entre dientes.
- Um, por ahora me conformaré con eso. En fin, hoy tendrás un día productivo.

Lo mire con mala gana.

- Cambia esa cara.

Mantuve mi rostro igual y él bufó.

- Bien, hoy me acompañarás a reunir provisiones de un pequeño pueblo a unas horas de aquí.
- ¿Y lo productivo dónde está? - me pregunté en voz baja pero él me escuchó.
- Ya lo verás. Tendrás que hacerme un pequeño favor - dijo con su típica sonrisa maliciosa en el rostro.

Ya habíamos llegado a aquel pueblo. CHERRYDALE. Resulta que en ese pueblo había construida una especie de refugio pequeño. Entre medio de todas las casas había contenedores de basura y gomas de auto bien puestas, que creaban una especie de muro.
Bajamos del camión de Negan y una mujer alta, castaña, de aparentes cuarenta y tantos años estaba en la entrada del lugar.

- ¡Liz! ¡Que alegría verte de nuevo! - exclamó Negan moviendo su bate al aire.

Aquella mujer lo observó con una sonrisa forzada.

- Bienvenido.
- Espero que hayas cumplido con el encargo - dijo Negan mientras él caminaba dentro del pueblo con nosotros detrás.
- Si, eso... Negan, sabes que nosotros somos muy cumplidores - comenzó a hablar nerviosa la mujer - Pero estos últimos días han estado difíciles.

La expresión en el rostro de Negan cambió totalmente. Ahora se lo veía molesto.

- ¿Acaso estás queriendo decirme que no has cumplido?
- No hemos llegado a la cantidad que pediste. Tenemos algunas cosas pero...
- No son suficientes - la interrumpió.
- Íbamos a morir de hambre Negan. Hemos reducido al máximo las cantidades de nuestra gente.
- No me interesa. Liz, les di más tiempo que el que les doy usualmente. Deberías tener incluso más de lo que te pedí.

Aquella mujer no sabía que responderle y podía notarse el nerviosismo en su cuerpo.

- Lo siento - fue lo único que salió de su boca.
- Sabes que esto no funciona así, Liz. No es la primera vez que les perdono el no llegar con la cantidad en las entregas.
- Danos unos días más y recaudaremos lo que pides - dijo la mujer con cierta desesperación.
- Ya les he dado mucho tiempo, Liz - hablo Negan cortante - Odio que me pongas en esta posición. Odio que me obligues a tener que hacer cosas que no me gustan - suspiró mientras rascaba su barbilla - Me llevare lo que recaudaste para mi. Pero ya sé que no es suficiente, así que tendré que llevarme algo más.

Una multitud, de al menos cuarentena personas, se había puesto al rededor nuestro. Todos observaban expectantes la situación.

- Me llevaré a cuatro personas, entre ellas a uno de tus médicos. Además me llevaré también parte de tu equipo médico.
- Estamos en falta, Negan. Por favor, no es necesario, no tienes que llevarte a nadie.
- ¿Entonces que debería hacer, Liz? Elegir tres personas al azar y reventarles la cabeza?
- Solo un poco más de tiempo, por favor.
- Lo siento, Liz, el tiempo se ha terminado.

Negan comenzó a observar a todas las personas.

- Tu - señaló con su bate a una chica, de unos veinte años, que sostenía un arma - Tu - ahora señaló a un chico un poco más grande que la chica anterior - Y tú - señaló a una mujer que aparentaba unos treinta y cinco años - Vendrán conmigo. Joe, Arat, Sia, tráiganlos.

Al nombrarme me quede absolutamente quieta. No sabía que hacer. ¿Se suponía que debía arrancar a una de esas personas de este lugar? Era absolutamente horrible. Llevarlos a la fiereza, como prisioneros, sin olvidar, que yo ahora mismo era una.
Joe se acercó al chico, mientras que Arat fue por mujer, cada uno lo tomó del brazo al respectivo mencionado y les apuntó con un arma, haciéndolos cámbiame hacia donde estábamos nosotros.

- ¿Qué esperas, Sia? Muévete - me ordeno Negan.

Dwight me dio un cuchillo y obligue a mis piernas a andar hacia la chica. Al acercarme pude ver que estaba a punto de llorar, sentí pena por ella pero no podía hacer nada para ayudarla.

- Por favor, no hagas esto - me suplicó.

La miré apenada pero la tomé del brazo.

- ¡No! - gritó y se zafó de mí agarre.

Quise volver a tomarla pero esta se lanzó hacia atrás y me apuntó con su arma. <<Genial, y yo solo con un maldito cuchillo>>
La gente de Negan levantó sus armas apuntándole a la chica y ella comenzó a mirar hacia todos lados y temblar.

- ¡Atrás! - gritó - Nadie me llevara a ningún lado.
- No hagas las cosas más difíciles, te doblamos por mucho en número. Deja esto - le dije lo mas comprensiva posible.
- ¡No!

Negan soltó un bostezo.

- Me aburro como la mierda. ¿Quieres apurarte con el asunto, Sia? - me dijo - No querrás que me ponga malo contigo.

Al instante vinieron a mi cabeza todas aquellas horribles cosas que me hizo pasar , las torturas, las amenazas. Claramente esta era una prueba y si fallaba, iba a pagar un precio muy alto. Era la chica o yo. Si está era una prueba que debía pasar para dejar de tener malos tratos en el Santuario, lamentaba esto por la chica, pero no iba a permitirme pensar y sentir pena por ella.

This is war (Carl Grimes y tu) // 3° temporada TERMINADAWhere stories live. Discover now