Capítulo 19 "Espérame, Hen"

328 63 4
                                    

El camino era largo, agotador y sinceramente horroroso.

El infierno era uno de esos lugares a los cuales según cuentan, solo las personas que han cometido atrocidades van ahí, a recibir su castigo.
Así como también las estrellas que se metieron donde no debían e hicieron terminar todo en un fiasco, como estaba pasando con YangYang y Hendery.

Liu no tenía idea sobre el contenido de la carta, pero si sabía que aquel rubio y el dueño del infierno tenían algo que ver, no preguntaría porque sinceramente no quería que lo trataran de imprudente y metido, además, esos no eran personas normales.

El camino era desolado y oscuro, no viajaba ni un alma por el lugar, era un camino iluminado por una luna roja y ninguna estrella en el cielo, hacía frío, mucho frío y lo único que lograba escuchar eran sus pies arrastrarse por el pasto.

El joven le había dicho que se daría cuenta quien era el dueño cuando sintiera un montón de emociones mezcladas.

Y así fue.

Primero no logró entenderlo, pero al verlo a él, cabello blanco, mandíbula afilada, mirada firme y belleza deslumbrante entonces lo supo.

Sentimientos de sorpresa al ver que era tan guapo, confusión porque no creyó que el rey del infierno sería así, tan magníficamente hermoso.

Las ganas de pecar no faltaban, pero debía cumplir con su misión.

— Fue Ten, ¿verdad?

Esa pregunta lo tomó desprevenido, primero que nada ese chico se apareció frente a él en un parpadeo, y lo único que dijo desde que llegó fue eso.

— ¿Ten? ¿Se refiere al chico rubio?

— Ese mismo.

YangYang asintió y con manos temblorosas le entregó la carta que tenía preparada, el de cabello blanco lo analizó por un segundo y luego la tomó para abrirla justamente frente a sus ojos, solo leyó para él y sonrió de forma ladina, como si hubiera algo graciosos allí.

— Dile que lo haré, pero tendrá que darme una visita o sino no volveré a cumplir sus caprichos.

Liu asintió contento de que eso fuera más rápido de lo que se imaginaba, no entendía nada pero supuso que era algo bueno.

Tanto él como "Ten" debían tener algo, andar en algo y lo supo con solo ver sus caras, pues TaeYong miraba el cielo con ojos deseosos de algo y Ten miraba la tierra con esperanza y miedo a la vez, podía imaginar algún tipo de situación romántica pero no era el momento.
Aunque había una pregunta que rondaba por su cabeza ¿Qué relación podrían tener dos seres completamente opuestos?

— Supongo que tu estrella no ha hecho un muy buen trabajo y tu tampoco.

— ¿A qué se refiere?

— Con solo verte a los ojos puedo describir todo y cada uno de tus sentimientos, de la confusión y el deseo de estar con alguien a toda costa.

Pues, no podía esperarse menos de personas así, YangYang juraba fielmente jamás pedir deseos otra vez.

— Supongo que tienes razón, por ahora debo volver.

— Me gustaría decirte que será mejor que te apresures, pues si bien arreglé esa realidad distorsionada podría decirte que hice un... Pequeño salto en el tiempo.

¿Un salto en el qué?

— ¿Por qué? ¿Cuanto tiempo sería eso?

— Quizás cerca de dos meses, recuerda que no soy piadoso, aunque si diré que soy bastante bueno por dejar un día antes de que tenga que arrastrarlos conmigo.

— ¡Maldición!

Corriendo se fue del lugar con esperanzas de que Ten lo guiara, odiaba a este TaeYong, tiempo era algo que no me sobraba y este sujeto venía y se lo arrebataba.

— ¡Ten! ¡Cumple con el maldito trato, ya hice lo que querías!

Todo seguía sumido en oscuridad y él seguía corriendo sin rumbo alguno, odiaba toda esta situación.

Solo de pensar que ellos estarían muertos lo hacía sentir culpable de todo, no, no debía ser así.

— ¡Aparece!

Y como si sus gritos hubieran dado resultado, la destellante luz del rubio apareció cegandolo un poco, más eso no impidió que lo inundará con preguntas.

— YangYang, cálmate un poco. Sé lo que hizo TaeYong, solo ven conmigo.

Cerró sus ojos y los abrió de nuevo para volver a encontrarse con ese paisaje nocturno tan atrayente con la gigante luna y estrellas dándoles una luz hermosa.

— ¡Dime que debo hacer! Por favor... Yo no quiero perderlo otra vez.

Ten inhaló y exhaló, supuso que ya era hora.

— Ve al lugar en donde perdiste la memoria, ve en el horario donde el sol está a punto de esconderse y dile todo lo que sientes, dile que ya no tienes dudas. Si tu eres sincero entonces cuando la noche caiga todo será como antes. Pero si aún luego de todo lo que pasaron tienes dudas entonces puedes despedirte del mundo.

— O sea que-

— Ahora vete.

Y solo un toque a su cabeza hizo que él sintiera un ligero peso en su costado, estaba tendido en la cama con Kun Hang abrazandolo y derramando unas cuantas lágrimas.

Ya no, ya no más. Ni para él ni para Hen.

Era hora de volver a su hogar, a retomar su vida y ser como antes o incluso mejores, a aceptar su destino y amarse como prometieron.

No más deseos, no más dudas y no más pérdidas.

— Hen, es hora de volver a casa.

The Truth | HenYang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora