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La nieve caía lentamente por las calles de Seúl, cubriéndolas por completo. Algunos niños jugando en la nieve, haciendo muñecos o haciendo guerras de nieve.

Eso era lo que veía en aquel parque en el que estaba, sentando en una banca, tomando un café descremado.

Soltó un suspiro, saliendo éste de su boca como una nube de vapor, y después de observar cómo ésta subía se levantó de aquella banca y al ya haber acabado su café, botó el vaso de cartón en un bote de basura cualquiera.

Metió sus manos en sus bolsillos, observando el suelo mientras caminaba, hasta que una bola de nieve se estrelló contra su cara.

Escuchó unas exclamaciones y en un momento un pequeño niño se había acercado.

— ¡Perdóneme hyung, no fue mi intención!.

Por poco y le suelta todo el abecedario, pero se interrumpió a sí mismo al ver con detalle al menor; azabache, ojos miel, de baja estatura, su cabello estaba revuelto.

Se parece a...

Negó suavemente, llevando una de sus manos hasta la cabellera del menor, despeinado ésta más de lo que estaba.

— No te preocupes niño, sigue jugando, anda.

— ¡Gracias señor!, Disculpe nuevamente las molestias.

Y después de una leve reverencia, el infante dió media vuelta, dispuesto a ir con sus amigos.

— Espera...

— ¿Uh?.

Y al voltear, el niño pudo sentir como era rodeado por unos brazos, cubiertos por un abrigo negro.

Pudo sentir como la cabeza de aquel hombre se escondía entre su hombro y cuello. Y también pudo sentir sus lágrimas.

Por lo que aún estando sorprendido, acarició sus cabellos celestes con suavidad.

En unos segundos ya había sido soltado por el mayor, quien secó sus lágrimas y le sonrió tristemente.

— Perdona, de verdad necesitaba un abrazo y tú..., Te pareces tanto a él. —se levantó del suelo, sacudiendo sus rodillas.

— No se preocupe señor. Yo entiendo cuando alguien pasa por algo difícil, sólo le aconsejo que piense positivo y sonría.

El de tez pálida soltó una pequeña risa, para luego revolver los cabellos de menor.

— Si que eres un chico listo eh, anda, ve a jugar con tus amigos.

— ¡Sí señor!, ¡Adiós!.

El menor volvió a dar una pequeña reverencia y volvió con sus amigos, quienes de inmediato le rodearon, seguramente para hacerle preguntas.

El de ojos castaños sólo pudo volver a suspirar y ésta vez seguir su camino al hospital, pensando en que una camelias* serían perfectas para su pareja.









Las camelias son un tipo de flor, si no me equivoco, creo que significa; "Siempre te querré o amaré", o algo así, disculpen mi ignorancia.

Stop Sleep, Please. [Min YoonGixMale!reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora