Stop Sleep, Please. [Min YoonGixMale!reader]

XII

A partir de ahora, notarán que los capítulos son un poco cortos. Espero que no le moleste, ya que solo me voy a centrar en relatar los momentos. Ya no voy a poner relleno, así que por eso serán un tanto cortos. Pero, trataré de que no sea taaaan corto, ya que no quiero decepcionarlos xc. Ahora sí, ¡empecemos!

Maratón 2/?

— ¿Recuerdas cuando fuí a tu casa por primera vez? Me quedé... waoh. No porque fuera grande, es más, era una casa común y corriente; eso fue lo que me sorprendió, ya que tú me dijiste que tus padres eran empresarios, y que el hijo de unos empresarios tuviera una casa así... vaya —rió, apartando un mechón de cabello de su frente—, recuerdo que te pregunté el porqué de tener una casa así, cuando podías tener una mansión.

Llevaba como media hora esperando en tu cafetería, esperando a que llegaras y aún no lo hacías.

Planeaba mandarte un mensaje, llamarte, pero sabía que si algo surgía tú me dirías, por lo que dejé mi teléfono sobre la mesa en espera de una notificación.

Me tiré sobre el teléfono en cuanto emitió la melodía de Butterfly, respondiendo de inmediato tu llamada entrante.

— ¿Dónde estás? —fue lo primero que dije y pregunte.

— Estoy cerca, perdona por tardar, se me había olvidado unas cuantas cosas y estaba arreglando la casa. Por favor, espérame fuera de la cafetería... ¡Ah, y...!

— Te compro un café —más que una pregunta, era una afirmación de mi parte, sabiendo con alegría que de seguro pedirías eso.

— ¿Ah, cómo lo suspiste? ¿Ere una clase de adivino? —reímos, más tú que yo.

— Ja ja, que gracioso —rodé mis ojos, sonriendo y levantándome de mi asiento con mi macchiato en la mano izquierda.

— No, ya enserio, no es necesario que lo compres, dile a los chicos que lo pido yo y...

— Olvídalo —te interrumpí, acercándome a la caja—. No voy a desaprovechar la oportunidad de comprarte algo.

— ¡Min Yoon...!

— Te amo~

Corté la llamada, soltando una pequeña risa al imaginar tu rostro indignado y molesto, pero eso dudaría unos momentos ya que a los segundos estarías sonriendo como un bobo.

Te conozco amor, más de lo que crees.

Pedí el café negro, con dos sobres de azúcar, tal y como te gusta. Pagué y salí de la cafetería, justo a tiempo para verte cruzando la calle para estar frente a mí.

— Min...

— Xhang...

Ambos nos miramos con "seriedad", hasta que finalmente reíste y dejaste un suave golpe en mi pecho.

Aún no éramos novios, pero, cualquiera que nos viera ahora podría pensar que sí lo éramos.

— Te dije que no me compraras nada —hiciste un puchero, tomando tu café y las bolsitas de azúcar.