Déjame Amarte, Mi Niño Romántico (ZhenYi/YiZhen)

¿Le gusto a A-Yi?

"¿Desde cuando lo saben?"

POV. Autora

–Lan JingYi, ah, Lan JingYi– Seguía reprendiendose JingYi mientras iba a tomar el desayuno.

No tenía cara como para mirar a Zizhen así que, decidió ignorarlo por completo-como si no lo hubiera echo ya ayer-y pasar desapercibido.

Antes de ir a desayunar ya había ido a darle de comer a los conejos de Hanguang-Jun. Realmente no le molestaba darles de comer todos los días ya que su tío Hanguang-Jun y su tío Wei WuXian le habían dado uno de sus conejos por su cumpleaños.

Aunque no lo dijera adoraba mucho a su tío pero no quería faltarle el respeto llamándolo "tío" por lo que siempre terminaba llamándolo "Maestro Wei" o "Senior Wei". Aunque siempre que lo escuchaba Wei WuXian terminaba por regañarlo por no llamarlo tío.

Una vez que llegó, fue directamente junto a sus amigos y los saludo discretamente. Sin una palabra de más se sentó a tomar el desayuno.

Ahora que estaba de nuevo frente al hombre que le gusta y recordar aquel sueño no pudo evitar que un leve calor se extienda en su rostro.

Disimuladamente, mientras comía, decidió darle una ojeada a su amigo. Justo cuando lo observaba por el rabillo del ojo, se topó con los del mayor. Inesperadamente Zizhen tenía un leve... Sonrojo?

Wooahhh es tan adorable.

De la nada Zizhen comenzó a toser. Al parecer se había atragantado... O... Habrá escuchando sus pensamientos? Nop. Eso era imposible.

Sizhui y Jin Ling le dieron un par de palmadas en la espalda y JingYi le pasó una taza de té.

Después de calamarse y regular su respiración le echo una rápida mirada-disimuladamente-a  JingYi.

–Gracias chicos– Suspiró – casi me ahogo.

–Ten más cuidado Zizhen – Le dijo Jin Ling con el ceño fruncido.

Zizhen asintió y volvió a fijar su mirada en su cuenco. Apenas había comido un poco. Aún sentía que le ardía la cara tan sólo recordar el sueño que tuvo con el menor.

Seguía sin poder creer que tuvo ese tipo de sueños con su amigo. Y justo tuvo que mirar a su amigo para encontrarse con su mirada.

Se abanicó la cara con sus manos para-inutilmente-calmar su sonrojo.

Al terminar de desayunar todos se dirigieron a sus clases con el maestro Qiren.

La mañana fue como todas las otras veces. Monótonas.

Como siempre el viejo Qiren leía todos y cada una de las cuatro mil y una reglas para los que eran nuevos en las clases en Gusu.

Después de eso estuvo discurseando sobre el fundador de Gusu y toda su historia.

JingYi estaba por quedar dormido cuando dieron la hora que terminaban las clases. Por fortuna, terminaron antes de que el Lan echara la cabeza sobre la mesa.

Todos salieron pero nadie fue más rápido que JingYi que pasó como un torbellino para poder salir de esa tortura diaria.