Capítulo II

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Paró el auto y vi que estábamos en el estacionamiento de "The Village At Gulfstream Park", un famoso e inmenso centro comercial de Hallandale Beach. Pensé en comprarme algo de ropa ya que estaba aquí y anochecía. Si tenía ganas lo haría.

Bajé del auto y lo seguí, caminábamos a paso normal mientras mirábamos las vitrinas de los locales comerciales. Llegamos a un distribuidor de teléfonos móviles y accesorios y cuando veíamos algunos de los modelos él descubrió mi jugada.

— Te compraré un clon del que tenías.

— Quiero este — Señalé el I-Phone en color blanco.

— Buen gusto, pero no es el que tenías. — Me di cuenta de que él solo quería llevarme la contraria ya que yo tenía BlackBerry, lo que se consideraba caro.

— Quiero ese — insistí.

— ¿Y si no me da la gana de comprarlo?

— Hablaré con mi abogado. — Sonreí para demostrarle que la vencedora seria yo, mientras él fruncía el ceño y apretaba la mandíbula.

— A cambio harás algo.

— No es justo – me quejé. Aunque tampoco haría nada si no estaba de acuerdo.

— El móvil que dices cuesta más que la hora de tu cita con el abogado, además me saldría más barato una multa, si quieres que sigamos con el arreglo en el que quedamos, harás lo que digo.

Ya no sabía porque me dejaba llevar por esta situación. No es que necesitara que alguien pagara por mis cosas. Supongo que estaba curiosa de como terminaría todo.

— ¿Y qué es eso que quieres? — Pregunté recelosa.

— Me acompañaras a la inauguración del Club de un amigo.

— Eres un bastardo. — Lo quería matar, pero tenía que inventar una excusa. — Tengo grabación así que estaré ocupada.

— No te he dicho aun cuando es, así que no sabes si lo estarás o no. — Contestó regocijándose.

— Sé que estaré ocupada – insistí.

— El fin de semana, no lo creo.

— En mi carrera los fines de semana son laborables. Y no se bailar. – Expliqué como si fuera obvio.

— No creo que no sepas, ya que una persona que trabaja en compases musicales bien puede moverse al ritmo de la música. ¿Y enserio tienes presentación esa noche?

Me di por vencida y acepté con renuencia, aunque no sabía porque me había dejado convencer si en realidad el móvil nuevo ni me importaba.

Registramos mi número y mis datos al comprar el teléfono. Él marcó mi número desde su móvil, lo guardó y se tomó una foto, la cual modifico para cuando él me llamara apareciera su foto en la pantalla. Luego me tomó una foto que me tomó desprevenida desde su teléfono he hizo lo mismo.

— No me gusta que me tome fotos un desconocido— dije molesta.

— No soy un desconocido, además tú tienes la mía para que no te olvides de mí.

Chisté. Este hombre era incomoda y molestamente gracioso.

— Como si me gustara verte.

— Sé que te gusta— sonrió y me tomó del brazo arrastrándome con él mientras caminaba. — Vamos a ver un vestido decente para ti, porque creo adivinar no tienes vestidos en tu armario. — Dijo mirándome de arriba a abajo.

— Me gusta cómo visto y lo que tengo en mi armario.

— Para tu mundo está bien, para el mío no— demostraba imponencia y determinación en su mirada y en su modo de caminar y hablar.

Vínculo - Enamorada de mi amanteWhere stories live. Discover now