CapÍtulo VII

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Una vez me dejó sola me sentí mal por haberlo tratado así, debería trabajar en mis modales. Luego pensé que era estúpido sentirse así por él, nos llevábamos regular, peleándonos y provocándonos a cada segundo, menos cuando teníamos sexo, que era la única forma en la que encajábamos y nos llevábamos muy bien así que no tenía por qué cambiar mi forma de tratarlo, era mi amante, mi objeto sexual, nada más, así de simple.

Abandoné mi cuarto y corrí a la cocina. Para cuando llegó Tom, más de una hora después de su llamada, ya tenía todo limpio, solo las sábanas de la cama y la toalla que había utilizado Bryan eran prueba de que un hombre había estado conmigo, ya que olía tanto a él que embriagaba de deseo.

Como había decidido que mi cuarto no era el mejor lugar donde debería compartir con Tom ya que el olor a sexo estaba impregnado. En la sala de estar frente a la TV era un mejor lugar para pasar la noche mientras comía o mejor dicho me hundía la comida ya que no tenía hambre, pero no podía delatarme de esa forma. Tal vez no había sido tan buena idea pensar que podría tener un amante sin sufrir consecuencias. Si seguía así corría el riesgo de engordar o peor, enfermar de una indigestión.

La visita de Tom fue... ¿Cómo decirlo? "Tierna". Comimos, reímos, abrasamos y besamos entre palabras cariñosas más por él que por mí. Me es difícil expresar aquel sentimiento que por más que me esforzaba no podía. No me consideraba una persona cursi con las palabras y gestos.

Lunes por la mañana en la pausa de ensayos, nuestro representante llegó con malas noticias para mí.

— Ya que están todos les anuncio que tendrán unas entrevistas y no me hagan malas caras, ya deberían estar acostumbrados. - Dijo muy serio Paul.

— ¿Por qué a mí? - me quejé con quien quiera que sea Dios.

— Empezó con el drama - dijo mi hermano suspirando, refiriéndose a mis quejas.

— Sabes que la princesita es exigente - se burló de mí, Franco.

— No me digas así.

— Ya déjenla en paz, igual saben que así sea a regañadientes lo hará - intervino Tom no ayudando.

— Habló el eterno enamorado - provocó mi hermano. Comentario que me incomodó mucho.

— ¿De qué me perdí? - preguntó Franco inocentemente.

— ¿No lo sabias?... que lento, resulta que estos dos - dijo Logan señalándonos - están saliendo.

— ¿Eso es cierto? - preguntó Paul muy interesado mientras yo agachaba la cabeza, en eso no podía defenderme sin hacer sentir mal a Tom. Mejor callar.

— Si, imagínate que Tom llega a mi casa y me pregunta si tengo alguna objeción si sale con la enana. - Se quejaba Nico.

— Ya basta... creo que lo que haya entre Eva y yo solo nos incumbe a nosotros dos. - Se defendió Tom.

— Bueno chicos, ahí les dejo el itinerario de las entrevistas, el chofer ya tiene las direcciones así que no se preocupen que yo estaré en cada una de las entrevistas supervisándolos, me voy a seguir trabajando y no se olviden de vestir el nuevo vestuario que la estilista les tiene preparado. Cuídense chicos. No causen problemas. – Se despidió Paul.

— Matado - dijo Franco refiriéndose a Paul como adicto al trabajo. - ¿Y ya son novios? - me preguntó.

— No... algo así como enamorados por ahora.

— Pues prepárate porque a Paul le brillaron los ojos, juraría que le sacará provecho a esa relación. - dijo Logan mientras se recostaba a la pared.

Vínculo - Enamorada de mi amanteWhere stories live. Discover now