Graffiti ; Wos

➛ᴇ ᴘ ɪ ʟ ᴏ ɢ ᴏ

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Kleo aplaudió orgullosa al saber que la segunda competición de Valentin habia sido para él, sin dudas tenia talento, talento que deberia desarrollarse más pero que tenia mucho futuro.

Valentin se giró y la miró con una sonrisa amplia, ganarle a Luna habia sido dificil, ella tambien es muy buena, fue hacia Kleo y la abrazó.

—Felicidades, mi amor—soltó Kleo dejando un casto beso en los labios de el ojiazul—.

—Gracias mi amor, por eso y por haberme enseñado todo lo que se—respondió con su cara enterrada en el cuello de Kleo—que rico perfume tenes.

—Es el que me regalaste—murmuró Clio mientras sentia las cosquillas que los besos de Valentin en el cuello le generaban—.

—Siempre noviando ustedes nenes—llamó la atención la voz de Grecia—solo queria avisarles que a las nueve vamos a ir a cenar.

—¿Cenar? —preguntó Valentin—.

—Si, cenar panchos en la plaza, los panchos del loco son riquisimos, ya van a ver—rió la rubia haciendo que la pareja sonria también—bueno, yo los dejo.

Grecia se fue junto a la juntada de ambas crews dejando a Valentin y a Kleo solos en la vereda del frente.

—¿Después de comer esos panchos, te quedas a dormir conmigo? —preguntó Valentin con un puchero—.

—Si me invitas...

—Obvio que te invito, amor.

—Entonces si, esta noche me quedo a dormir con vos—afirmó la ojiverde—.

Valentín dejó un beso en los labios de la mujer que lo volvía loco y se fueron junto a sus crews.

Ahí, mientras Kleo jugaba a piedra,papel o tijera contra Martín para ver que crew pagaba más panchos que los otros, Valentín la admiro, esa belleza que poseía, que para él era perfecta, era una especie de mujer de otro planeta, se sentía muy enamorado, y no sabía si la marihuana que tenía su cuerpo lo hacia delirar, pero es que hasta estando sano le parecía igual de perfecta.

Sonrió al ver como Kleo dejaba tijera en su mano, y el boludo de Martin papel, haciendo que la ds3 perdiera, pero poco le importaba, su novia había saltado de la felicidad con una sonrisa amplia.

Lo ponía feliz simples cosas de ella que ya no se negaba en afirmar que estaba hasta las re manos con ella, con la mayor de los Duran, con una de los mejores artistas de los cuatro callejones, con una adolescente que tuvo que afrontar muchas cosas, con una mujer guerrera.

Para cuando se dio cuenta, ya todos se levantaban de la vereda para ir a comer esos panchos que según Grecia eran muy ricos.

Eran varios, dos crews fusionadas haciendo solo un grupo de amigos, que iban a festejar lo bueno que pasaba yendo a comer unos panchos, porque si algo los destacaba, era la humildad.

Después de pedir, pagar y recibir los panchos se fueron a sentar en la plaza del frente, algunos en bancas y otros en el piso, compartiendo entre todos junto a unas gaseosas.

—Ey si estan buenos posta—habló Valentín con la boca llena,señalando a Grecia—.

—Yo te dije, bro—se agrandó Grecia para después largar una risa—.

—Ay Valen—rió Kleo y limpio un poco de ketchup que tenía en la comisura de sus labios con una servilleta—listo.

—Gracias mi amor—respondió extendiendo sus labios en forma de puchero para que su novia los bese, y asi lo hizo—.

—Re trolos—acotó Tobias —.

—Todo por que a vos no te da bola nadie, amargado—lo señalo Guada mientras reía de su amigo—.

—Fa sos re mala wawita.

Valentín rió, había logrado juntar las dos cosas que le gustaban en una sin necesidad de una apuesta, sus amigos y Kleo.

Entonces, cuando a las horas terminaron de cenar y de charlar, cuando el reloj dio las doce de la noche, se despidieron todos y Kleo con Valentín se dirigieron al departamento del último mencionado.

Caminaron un poco charlando de cosas random mientras Valentín la abrazaba por las espaldas, oliendo ese perfume que parecía ser una droga para él.

La noche estaba muy linda para caminar, pero cuando se cansaron tomaron un taxi para llegar más rápido hacia el hogar.

—¿Mañana que haces? —preguntó Valentín mientras apretaba el botón del ascensor que los llevaría a su piso—.

—Ir a los cuatro callejones, pero más de eso...nada—respondió mirandolo—.

—Bueno, porque quería invitarte al cine—sonrió nervioso—.

—¿De verdad?.

—Si, creo que nunca tuvimos una cita como la gente, y me pareció bueno ver una película en un cine y no sentados en el sillón—rió—.

—Ah ya entendí...te aburre ver películas conmigo en el sillón—jodio Kleo, haciendo la enojada—.

—¡No! No me mal entiendas, me encanta ver películas con vos en el sillón, pero quería cambiar un poco el aire, creo.

Kleo rió y asintió.

—Te había entendido, mi amor—respondió dejando un casto beso en esos labios que aunque los besara seguido, el deseo seguía intacto—.

Cuando llegaron al departamento, entraron y se tiraron a la cama del cansancio por tremendo día movido, como cualquier domingo en donde su crew competía.

—Que loco ganar en los cuatro callejones—soltó Valentín mirando el techo con ambas manos detrás de su cabeza—.

—Opino lo mismo, pase de no ser nadie a ser una de las "mejores artistas de los cuatro callejones—habló Kleo haciendo las comillas—.

—¿Que haces comillas flaca? Si sos la mejor, y corta—dijo Valentín cambiando su postura quedado de costado, frente a frente con su novia—.

—Me sonrojas—jodio Kleo ganando una risa de su novio, que dejó un beso en sus labios—.

—¿Alguna vez te dije que te amo? —preguntó Valentín mirando fijamente a Clio—.

—Me parece que nunca—rió en una carcajada —.

—Bueno, te amo —soltó tranquilo, transmitiendo mucho amor en dos simples palabras—.

El interior de Kleo se movió, esas tipicas mariposas de las que todos los enamorados hablan.

—Te amo—concreto Kleo juntando sus labios en un beso tierno, que de a poco fue aumentando su ritmo e intensidad—.

Y así, para cuando se quisieron dar cuenta, ambos se habían fusionado.

Valentín y Clio se juntaron, se hicieron uno, demostrando ese amor que se tenían en un acto sexual, algo que ambos pasaban por alto, pero que sin dudas formaba parte de ellos, por que ahí eran ellos, ambos juntos eran ellos mismos.

Eran dos personas enamoradas que ya no encontraban forma de demostrar que eran el amor de la vida del otro, comprobando que el amor existe, con la persona correcta.

Y aveces la persona correcta, es que la que menos te esperas que lo sea.

Y en este preciso momento, ninguno hace un año hubiese pensado que un amor concrete a través del Graffiti.

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