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(...)Addison se encontraba en brazos de Charles, abrrida.
—Quiero a mamá o papá—soltó.
—Cariño, sabes que ellos están con tu hermanita que acaba de nacer. Mañana la visitaremos todos—aseguró.
Addison suspiró cruzada de brazos. Pero por otro lado, Jughead tomaba de la mano de Betty.
Estos habían salido de la sala de partos y estaban en la habitación, esperando que trajeran a su hija.—Lo has hecho increíble—sonrió Jughead con lágrimas en sus ojos—es hermosa
Betty con lágrimas asintió—Si. ¿Tus padres siguen afuera?—El chico asintió.
—Pero ya les he dicho que todo ha salido bien, así que se irán con mis hermanos a buscar a Addison a ver cómo está y ver si necesita algo, yo se los pedí.
Betty asintió y cerró sus ojos, cansada, pero podía sentir las caricias de Jughead en su rostro—Fue cansador.
—Es la segunda, creo que has hecho un trabajo increíble en el parto natural—aseguró con una sonrisa.
—Jug—murmuró esta.
—Dime.
—¿Puedes pedirle a los chicos que traigan a Addison esta tarde, no mañana?—pidió—Quiero que sea la primera en conocer a la bebé.
Jughead asintió—Claro, le pediré a mi padre que la traiga.
Y fue así, que cuando Jughead cortó la llamada, la puerta se abrió, dejando pasar una enfermera con una cuna.
—Es hermosa—murmuró Jughead con lágrimas en los ojos.
Betty se sentó en la cama lentamente, con ayuda de Jughead.—Lo se—confesó Betty.
—Felicidades, es una niña sana y hermosa—soltó la enfermera— Kaylee Jones pesa 3,550 kg y mide 46 centímetros, lo cuál la hace un promedio maravilloso—ambos asintieron—Felicidades—aseguró.
Jughead se levantó para tocar la mano de su hija por segunda vez, recordaba que la primera fue cuando la escuchó salir y la dejaban sobre el pecho de Betty. —Hola, cariño—aseguró Jughead con una sonrisa y lágrimas.—¿Vamos con tu madre?—preguntó mientras la tomaba, cuidadosamente. Nunca había tomado un bebé tan pequeño, no a otros que no hayan sido sus hermanos.—Eres pequeña—murmuró mientras se sentaba en el borde de la cama, junto a Betty.
—Creo que valió la pena estudiar el semestre desde el departamento—bromeó divertida.
—Y el último mes en la nueva casa—aseguró este mirándola divertida.
—Si...—sonrió Betty al recordar la casa que había comprado con Jughead, porque la verdad, es que el departamento de Betty era pequeño para cuatro personas.
—Te amo—aseguró este mirándola.
—Te amo—soltó esta con una sonrisa.
—Bueno, iré a afuera a esperar a Adds—este le dió a la pequeña niña para levantarse con una sonrisa y besar la frente de Betty.
Minutos después, una vocesita apareció con una caja y Jughead la tomó en brazos.
—¿Nació?—preguntó.
Jughead asintió, pero aún estaban fuera de la habitación.
—Los esperaré aquí—sonrió FP.
—Gracias papá—soltó Jughead con una sonrisa.
En parte, por lo que agradecía es por apoyarlo. Meses atrás, Jughead y Betty habían decidido que no querían a nadie el primer día, porque iba a ser cansador. Sin embrgo, la única que podía ver a la bebé primero, sería Addison.
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Una fraternidad, una rubia y una bebé
HumorElizabeth Cooper tenía tan solo veinte años cuando su madre murió, dejándola sola con su hija. La rubia la cuál no había podido entrar a la universidad, este año lo iba a hacer, pero no podría sola. Filtro| @ssol.codes