cinq

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Suivez-moi. [ Sígueme ]
Dijo Shawn haciendo que su voz  marcara autoridad. Amalia, quien seguía estando nerviosa ante su presencia, no dudó ni un segundo en seguirlo. Estando detrás de él, comenzó a observar cómo se introducían a un largo pasillo que separaba la sala de secretarios del Sr. Mendes, de su oficina. El pasillo, pese a que era largo, estaba muy bien decorado. Sus paredes y suelo eran de color negro, pero estaba sutilmente decorado con objetos blancos que le daban vida. Amalia se percató de que la mayoría de objetos decorativos se tratan de esculturas de mujeres desnudan. Al igual que los cuadros que yacían en las paredes. Retratos de rostros de mujeres y de sus cuerpos, algunos semi desnudos y otros desnudos completamente.

— Se que por tu mente paso la idea de que soy un sexópata por tener fotos y esculturas de esa forma. Se apresuró a responder. — Pero lo cierto, es que me encanta la anatomía de la mujer en todos los sentidos. Amalia sonrió. Le parecía tierno su comentario.
Es aquí. Dijo abriendo la puerta completamente negra que se camuflaba con todo el pasillo. Casi ni lo había notado cuando venían caminando.

Shawn sostuvo la manija de esta, haciéndose un lado para que ella pudiese pasar. Amalia sonrió nuevamente mientras le agradecía. Camino unos centímetros esperando a que él pasase para que le indique que es lo que tenía que hacer. Shawn tomó la mano de la joven y caminaron hasta la silla negra que se encontraba al frente de su escritorio. Tomó el respaldar de la esta e invitó con la mirada a que se sentará.

Bien. Dijo una vez que Amalia se había acomodado en su silla. — Me alegra que tomases la decisión de trabajar conmigo. Generalmente, las chicas anteriores a ti renunciaban. Hablo mientras sacaba un cigarrillo de su cajón. Lo puso en su boca mientras con su otra mano lo encendía. Amalia observaba cómo se podía ver la fuerza que ejercía al hacer esa acción y como su camisa se pegaba a su marcado cuerpo. Era hermoso. Solo eso podía pasar por su mente cuando veía como tomaba el humo y trataba de sentir como pasaba por su garganta. — Y espero que no renuncies tu también. Tu me plais [Me agradas]

Amalia sonrió por su comentario, pero por su mente no dejaba de generar la curiosidad de saber porque era tan desesperada la idea de buscar a una mujer tan rápido para este trabajo, teniendo a tantas persona fuera de su oficina. Y peor aún, que había hecho para que tantas mujeres se fueran de este lugar.

Espero que no le moleste, Sr. Mendes, pero quisiera que me resp..

— ¿Quieres que te comete qué pasó para que renuncian tantas chicas, verdad?. Pregunto Mendes mientras alzaba sus cejas. Amalia asintió con la cabeza. Mendes suspiro. — Digamos que soy un poco.. peculiar, Difficile à satisfaire à mon travail. [ Difícil de satisfacer en mi trabajo]

¿Debería preocuparme por eso?. Sonrió Amalia. Shawn ladeó una sonrisa y se levantó de su silla. Camino lentamente en su dirección dándole caladas a su cigarrillo. Se pose detrás de ella y con su mano libre, corrió mechones de su cabello, teniendo acceso a su oído. Acercó sus labios a este y allí la acarició unos segundos.

Si vous m'acceptez, vous en bénéficierez. [Si me aceptas, serás beneficiada]. Con su mano tocó levemente su mejilla sin despegar sus labios de su oído. Amalia sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando sintió su cercanía por primera vez.
Créeme, Amalia, cuando digo que te daré de todo si aceptas ser mía.

Aceptó.

𝐴𝐹𝐹𝐸𝐶𝑇𝐼𝑂𝑁 ; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora