𝐴𝐹𝐹𝐸𝐶𝑇𝐼𝑂𝑁 ; Shawn Mendes

huit

La última vez que se vieron, fue intenso. El tenerse tan cerca, tan simple y semi desnudo al frente y no poder besarse devastaba a Amalia. Estaba frustrada. Tan frustrada que no tardo ni un segundo en guardar todas sus cosas, tomar su bolso y con el diablo encarnado en su ser, salió a todo lo que pudo de ese maldito lugar.

Shawn era consiente de lo que podía causar en ella. Él lo gozaba. Le divertía verle en ese estado de desesperación. Pero Amalia no lo soportaba. Era tanta la angustia y falta de satisfacción que cuando terminaban de hacer las fotos, se iba. Completamente ruborizada, avergonzada por no poder controlarse y totalmente enfadada.

Shawn seguís con sus juegos y muchas la tocaba disimuladamente en distintas partes de cuerpo. Espalda baja, hombros, brazos, mejillas, cuello. Incluso cuando tenía que llegar al otro lado de la habitación, se aseguraba de pedirle el paso tomándola de sus caderas con un leve pero firme apretón, que causaba un jadeo casi inaudible, para Mendes.

— Amalia.. Llamó Shawn desde la puerta de su despacho. Amalia no había alcanzado hacer tan sólo dos pasos antes de salir de la oficina. Suspiro pesadamente sin que él lo notara, y con una sonrisa totalmente fingida, se giró en sus pies a verle.

— ¿Que necesita, Sr. Mendes?. Pregunto amablemente.

— Necesito que tomes unos papeles muy importantes antes de que te vayas, por favor. Amalia sin problema alguno, volvió a hacer el mismo camino que recorrió para retirase. Pasó al lado de la alta figura de Shawn y este cerró la puerta.

— ¿Donde están los papeles, Seño..

— Espero que después de esto preciosa, dejes de evitarme, y comiences a saludar como se debe. Shawn se paró detrás de ella y con la yema de sus dedos comenzó a acariciar su hombro. — Creo que tengo que enseñarte a despedir como se debe, no me gusta que me dejes así. Hablo acercando sus labios a su oído. Amalia sintió recorrer la corriente de desesperación por su cuerpo. — ¿Cuando vas a pedirme que te bese, Amalia?. Susurró levemente mordiendo el lóbulo su oreja. — Ya no tengo control que me ayude a estar cerca de ti y no poder tocarte como quiero. Volvió a decir. Quito la mano de su hombro y la bajo hasta llegar a su abdomen. Comenzó a subirla mientras acariciaba todo su cuerpo para mantener su mano en el delgado cuello. — Me estás matando lentamente, y no puedo soportarlo más. Con su brazo libre la hizo girar en su mismo lugar para quedar cara a cara.

Amalia era un desastre. Su cara de excitación sumado a su falta de accionar, la tornaban desastrosa. Shawn sonrió torcidamente acariciando con su dedo pulgar la parte superior de sus labios.

— Dime que si.

— ¿A que debo aceptar?. Pregunto confundida. La falta de cordura no la dejaba pensar con claridad.

— Dime que puedo besarte.