Estoy de vuelta.

De vuelta.

Despierto, camino hacia el baño a lavarme la cara. Baje a desayunar y mi madre estaba algo seria, me siento en la mesa y la observó hasta preguntarle que pasa.
-¿Mamá? ¿Que pasa?... La observo sin respuesta.
-¿Ah? Perdón hijo, ¿de que me estabas hablando?... Lo dice un poco desorientada.
-Te estaba preguntado de que era lo que te pasaba... La miro hasta que me contesta.
-Hijo creo que tenemos que volver, en una semana compro los boletos para el avión... Ella agacha la cabeza y no me dice nada mas.

No digo nada, y desayuno, me levanto y salgo al garaje. Agarro mi bicicleta y me voy a un lugar que solamente yo conocía, ya que no tenia amigos desde que llegue a este lugar, era un sitio demasiado agradable, era especial para mi, por que en ese sitio paso mas tiempo que en mi casa.
Llegaba el momento que espere desde el día, la noche, dulce y fría noche, como ese lugar tenia una especie de laguna y un banco, puse mi bicicleta a mi lado y me pongo a ver el reflejo de la luna en el agua, solo escuchaba el sonido tranquilo de la noche, ese sonido que me tranquiliza, luego se hizo demasiado de noche y tuve que irme.
Al darme la vuelta vi a un gato pequeño, y lo agarre y lo lleve hasta mi casa, mi madre ya estaba dormida. Se durmió esperándome en el sofá, yo subí arriba y agarre una frazada y me acosté a su lado mientras tenia al gato en mis brazos, cerré los ojos y me comienzo a quedar dormido, comienzo a sentir que mi madre se movía y la abrace, ella hizo lo mismo y nos quedamos dormido de nuevo...
-"Mañana será otro día" dije mientras me quedaba lentamente dormido.