Extra 2/3

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Iruka cerro los ojos, no, Iruka apretó los ojos y dejó salir el aire lentamente, de entre sus labios salió a penas un susurro. Llamó a su hijo para que se acercara y el pequeño blondo dejo su banda ninja sobre el sillón antes de correr donde su madre le solicitaba.

—Tú hermana, ya va a nacer.

Naruto parpadeó, sus bonitas pestañas acariciaron la piel de sus sonrojadas y regordetas mejillas, su boquita formó una letra O con sus labios e inclino la cabeza hacia un lado. Miro a su mamá interrogante, intentado entender aquello de que su hermana iba a nacer.

—¡Sí,má! — y el angelito rubio, desapareció. 

Iruka apretó los labios, a veces y en situaciones como la suya pensaba que su hijo era medio lento para entender. Igualito a Kakashi.

El castaño jaló una silla y dejó salir el aire retenido. Tenía contracciones,comenzaban a ser dolorosas y cada vez más continuas, en serio necesitaba a su esposo ahí.

—Na-naruto— volvió a llamarle, la voz le salió a penas en un suspiro, totalmente rota y temblorosa.

El chiquillo tardo en llegar pero está vez Iruka se arrepintió de sus pensamientos anteriores.

El chiquillo rubio traía la mochila con la ropa que había preparado hacía un mes, las llaves del auto y el celular pegado a su pequeño oído, aguardando quizás a qué su padre le contestará.

—¡Papá esto no es simulacro,Nao ya quiere salir de la panza de mamá! — gritó y colgó.

Iruka a penas pudo reír, ya se imaginaba a Kakashi dejando todo botado en la oficina para ir a ayudarles, eran las cinco de la tarde, por lo que suponía qué no pasaría nada si su amado esposo dejaba todo para ir a su encuentro.

—¡Ma, vamos al auto!

Naruto de nuevo corrió hacia la entrada de la casa, su pequeño cuerpo a penas podía con el tamaño y peso de la mochila, pero hacia su mejor esfuerzo para mantener el equilibrio.

Iruka como pudo le siguió, se apoyo en la pared y camino lento. Paso saliva y se masajeo el vientre.

Iruka tenía tanto miedo.

Pensó en Kushina y le pidió le mandara fuerzas.

Cuando salió encontró a Naruto en la cochera con la puerta de la camioneta abierta y la pequeña rampa colocada de forma correcta para que pudiera subir sin problemas.

Kakashi había sido un obsesivo en ese tema, habían simulado y repasado diferentes situaciones por si él no se encontraba presente en el día espacial. Le había enseñado a Naruto a abrir la puerta y colocar la rampa. A Iruka le enseño a subir con cuidado y esperar mientras el llegaba. Le había también enseñado al pequeño rubio a marcar al 911 si algo iba mal.

Afortunadamente Kakashi llegó a tiempo, felicitó a Naruto por su desempeño y reviso a Iruka. Luego partieron rumbo al hospital donde ya los esperaba la familia Uchiha para cuidar de su hijo mientras él entraba junto a Iruka para recibir a la nueva integrante de la familia.

Naruto jugueteó con sus pequeñas manos nervioso —¿Ya seré hermano mayor?

Iruka asintió — serás hermano mayor pero recuerda que serás nuestro bebé— el castaño se las arregló para besar la frente del blondo.

Cuando llegaron al hospital ya los esperaba la familia Uchiha para hacerse cargo del pequeño integrante de la familia.

—Por favor, cuiden mucho naruto.— Kakashi beso los cabellos rubios de su hijo y se lo entrego en los brazos a Mikoto.

La pelinegra asintió y Kakashi siguió la camilla dónde ya transportaban a Iruka hacia el quirófano.

Naruto y Sasuke se quedaron dormidos en una pequeña colchoneta que el hospital les proporciono para que estuvieran más cómodos. Fugaku, Mikoto y Itachi esperaron mientras bebían una taza de chocolate caliente para mantener la temperatura cálida en sus cuerpos.

Tras dos horas de larga espera, Kakashi salió con una enorme sonrisa en los labios.

Nao había nacido al fin. Sana, pesando tres kilos seiscientos gramos, cabellos cenizo en abundancia, calificación de diez y una hermosos ojos negros. 

Amor Para Ma Iruka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora