Final X

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NOTA AL LECTOR:

Este capítulo tiene contenido +18. 

–Fue una explicación a todo– me sonríe nervioso  –¿qué piensas?

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–Fue una explicación a todo– me sonríe nervioso  –¿qué piensas?

–Me enseñaste el futuro y a la vez el pasado, ¿cómo hiciste eso? – respondo con asombro y confusión, es demasiado para procesar en unos segundos...

–Mientras me hundía en el océano, mi papá me mostró todo y aprendí a hacerlo– clava sus ojos en los míos y su expresión se vuelve preocupada –¿Atalía? ¿Qué piensas?

–Todo este tiempo– bajo la cabeza buscándole sentido lo que está pasando –pensando que lo que sentíamos era obra de tu papá– escucho nuestros corazones latiendo en sincronía –cuando en realidad siempre fue obra nuestra.

Elías toma mis manos y me sonríe como un niño pequeño  –¿no es la mejor noticia que nos han dado en los últimos trescientos mil años? – me pregunta con felicidad pura.

–¿Cuándo te enteraste de esto Elías?

–Hace 23 años... – baja la cabeza dejando ir mis manos. 

–¿Por qué no me habías dicho?

–No querías verme Atalía, y sabía que si te buscaba, te enojarías– explica con seriedad –así que esperé a que hubiera una oportunidad para decírtelo –y después pasó lo de Monte Carlo y dentro de todas las emociones que sentía, estaba feliz porque tendría una excelente excusa para verte de nuevo y hablar contigo– su voz está llena de esperanza –una razón de la que no podías escapar– se le apaga la voz –¿por qué no estás feliz? – cuestiona desconcertado. 

–No Elías, sí estoy feliz, solo estoy mareada, es demasiado que procesar en tan poco tiempo, literalmente unos segundos– bajo la cabeza, por alguna razón no puedo verlo a los ojos. 

–Atalía– me llama casi con una risita –Ángel de la salud y enfermedad. Mi mejor amiga. Mi mejor amante. Mi compañera de toda la existencia. Después de trescientos mil años, puedo verte a los ojos sin sentir peso en mi corazón, puedo decirte con seguridad que te amo.

"Ay Dios mío" pienso con impresión, miedo y no sé que más. 

–Espera Elías. Es demasiado que procesar– respiro hondo –me voy a bañar. No estoy enojada contigo, en absoluto, ¿está bien? – me levanto de golpe de la cama –Elías, también te amo. Pero necesito despejar mi cabeza y repasar todo lo que acaba de suceder– termino de hablar y el pánico se plasma en la cara de Elías. 

–No me dejes Atalía– suplica tomando mi mano. 

–No Elías, no haré eso. Solo quiero unos minutos para mí– fuerzo una sonrisa y corro al baño.

Génesis ModernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora