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Ayer había terminado con Barbara, la cité aquí y ella vino con una cara como

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Ayer había terminado con Barbara, la cité aquí y ella vino con una cara como... Cómo si le diera igual todo. Cómo si no le importara nada.

Ni siquiera lloro cuando la dejé, ni siquiera se preocupó cuando me vio con las ojeras más marcadas que nunca, con los ojos llorosos como los llevaba.

Ella nunca fue la chica para mi, debí darme cuenta antes... Quizás ahora no estaría así.

Todo el día de hoy, me la había pasado acostado en el sofá de la sala mirando al techo sin nada que hacer, solo fumando y pensando. Yerar había salido de casa hace como 4 horas con su chica y yo solo podía pensar en que la mía estaba en su habitación quizás igual de mal que yo pensando en que había arruinado todo.

Quizás debía ir a hablar con ella, podría decirle que era broma y volver a recuperar la amistad como antes aunque me doliera infinitamente verla y saber que estaba enamorado de ella.

El sonido de la puerta me había sacado de juego porque no esperaba a nadie, y Yerar tenía llaves de la casa. Y aunque no quería abrir, por alguna razón mi cerebro me obligó a levantarme del sillón para ir a abrir la puerta.

Y tan pronto la abrí mis ojos se enfocaron en ella solamente, no esperaba verla aquí, y mucho menos con la cara mojada al igual que el resto de ella.

Iba a hablar, iba a preguntar qué pasaba y si podía ayudarle en algo cuando me calló su boca. Y por un segundo pensé que estaba soñando, que no había despertado que seguía acostado en el sofá de mi sala completamente triste.

Pero era real, Elisa me estaba comiendo la boca mientras me acariciaba la cara y se ponía de puntillas. Mi cabeza daba vueltas y estaba queriendo salirse de mi pecho mi corazón. Estaba demasiado emocionado.

Se separó un poco de mi, aunque sin despegarse de mi cara del todo, dejando su nariz con la mía. Yo sabía que era una situación algo incomoda para ella porque yo era mucho más algo y le costaba trabajo estar de puntillas todo el rato.

— Elisa... —susurré y me abracé a si cintura alzándola un poco.
— Javi te quiero —murmuró con los ojos aún cerrados, como si le diera pena decirme aquello, yo solo podía seguir sonriendo como un gilipollas, esto era todo lo que había soñado los últimos 15 años.

La dejé sobre el piso donde ella finalmente abrió los ojos y me miró, sonreí ampliamente haciendo que ella sonriera también.

— ¿Quieres entrar y hablamos mejor adentro? —pregunté en un susurro, ella sonrió y asintió.

La dejé pasar, ella se sentó en el sofá así que me senté frente a ella. Creo que ella podría notar que estaba hecho mierda por fuera, pero que por dentro estaba tan confundido como alegrado.

— Javi, aquella vez en el restaurante no te dije lo que realmente quería decirte... Porque soy una imbécil y pensé que estaba haciéndole daño a una persona en la que no debí pensar nunca porque ella era la que estaba haciéndonos daño, a nosotros —yo solo la escuchaba hablar sin entender un carajo— Javi Barbara está saliendo con Harry, mi ex, me acabo de enterar —no me dolía, me daba completamente igual, es más, me alegraba, nos habíamos deshecho de dos piedras al mismo tiempo— todo lo que yo quería decirte en ese restaurante era que te quiero, que estoy jodidamente enamorada de ti desde que tengo como 5 años, que te extrañé todos los días desde que me fui, que no dejé de pensar en ti a cada momento... —su mano fue a mi mejilla y yo por instinto cerré mis ojos disfrutando de su toque, que era suave, era tierno, cálido.

Mis manos seguían rígidas en mis piernas, pero las moví hasta su cintura acercándola más a mi hasta que ya estaba casi encima de mi, pero no me molestaba.

— que soy mucho más feliz desde que te tengo de nuevo en mi vida y que no hay algo más que quiera que estar contigo, Javi, en todas y todo el tiempo —sonreí ampliamente y ahora fui yo él que unió nuestros labios haciendo un beso tierno y lento, un beso que sabía a dulce y que encendía luces que no existían al rededor de nosotros.

Cómo si brillara nuestro amor, como si algo nos iluminara con el rayo de la felicidad.

— ¿Recuerdas el día que te fuiste? Cuando estábamos con los meñiques cruzados debajo de la puerta mientras que llorabamos los dos? —susurré cerca de su boca mientras nuevamente entrelazaban nuestros meñiques
— como no lo voy a recordar, Javi, si es el día más triste que recuerdo... No quería irme, no quería dejarte... Todo lo que quería era cerrar los ojos y que al abrirlo todo fuese normal, y no tuviese que mudarme y pudiese quedarme contigo y seguir juntos por muchos años —respondió, sonreí.
— Ese día, cuando te fuiste, te alcancé corriendo porque no quería que te fueras sin saber que estaba enamorado de ti, quería que lo supieras porque pensé que quizas podríamos seguir hablando por el teléfono siendo novios aunque no viviesemos donde mismo... —ella abrió sus ojos topándose con los míos, y ahí pude ver el color precioso de los suyos, me llenaba de vida— no te alcancé, la última imagen que tengo de ese día es verte subiendo a ese coche. Poniendo tu cabeza en el hombro de Simon mientras el auto avanzaba alejándose de mi —se veía tan afligida y con ganas de llorar que inconscientemente se me contagió y de pronto ya estaba yo también con los ojos llorosos— creo que no escuchaste cuando te grité que estaba enamorado de ti... Esa fue la duda que recorrió mi cabeza todos los días hasta que volví a verte en casa de mis padres... No hubo, Elisa, un solo día en que no pensara en si me habías escuchado. —ella me tomó de las mejillas y negó.
— si te hubiese escuchado, Javier, habría detenido el tiempo para quedarme contigo... —suspiró— pero ahora que te he escuchado... Lo vamos a detener juntos, te lo prometo —asentí y volví a unir nuestros labios en uno solo.

Frío - Bnet (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Where stories live. Discover now