Capítulo 21: Ella respira

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Capítulo 21:
Ella respira

Capítulo 21:Ella respira

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Gerald

Una delgada luna plateada se mueve a nuestro ritmo lento y precavido, como testigo de una noche que presagia el mal encarnado. Una cortina formada por extensos y frondosos brazos de la vegetación selvática.

La sirena va por delante, se ha hecho con una de las dagas de Dar y va jugando con ella haciéndola girar en el aire y atrapándola luego. Como se esperaba, la hermandad ataco a varias personas aledañas a El pilar, lo que ha incrementado los números de fallecidos de una manera alarmante. Eso fue antes de que los pobladores revisaran cada casa, comercio... en busca de cualquier criatura peligrosa para ellos. Cuatro días en que se ha desatado el infierno para los humanos.

Salir de la cabaña que una vez ocupo Idris no es algo que tuviéramos planeado, somos muy pocos y la hermandad nos supera en número. Pero esta noche en necesario confirmar si la bruja se ha desprendido del cuerpo de Agadria.

Hay rumores. Una bruja que se alimenta de la sangre de los hombres. Tiene que tratarse de Maritza, esa mujer es la responsable de todo lo que ha pasado en Encantus y de las desgracias que ahora nos acogen.

En la cabaña se han quedado Dar, Eulis, Kevin y mi hermana, en una condición cada vez más preocupante. Ella ha empeorado, se consume con cada día que transcurre, sufre directamente el daño que la tierra no puede contrarrestar por si sola. La enfermedad se consume la vida natural en todos sus aspectos, plantas, animales, y no falta mucho para que nos afecte a las hadas. La población de El pilar no solo está enfrentando el miedo y la zozobra, también la extinción de las fuentes naturales sin ninguna explicación lógica. Sus cosechas se pudren, y las aguas han tomado una coloración desagradable y poco fiable para ser consumida.

Carmín viene detrás de mí refunfuñando desde que salimos, no se integra al grupo, ni pone de su parte para llevar una buena convivencia. Toda su molestia va dirigida a la sirena y mi hermana que la trajeron en contra de su voluntad. Razón por la que me encuentro entre ambas, dejarlas a las tres juntas y con la supervisión de Kevin no es concebible. Él, por lo general, hace su mejor esfuerzo en ignorarlas.

Nos movemos con sigilo entre las sombras de los árboles, sería más fácil si pudiera usar mi magia, lo que no es viable dado que los soldados de la hermandad detectan la magia de las hadas, por suerte todavía no nos topamos con ninguno.

—Si la bruja está vivita y coleando, ¿por qué regresaría a la cueva? —susurra Carmín destilando todo el veneno que le es posible.

Pasa a mi lado, con los pies descalzos y de puntillas. Tan silenciosa como un gato y preparada para abandonar esa piel de ser necesario.

—Es una mujer vieja, seguro le da nostalgia —responde la sirena con su toque mordaz.

—¿Lo dice la voz de la experiencia? —la malicia de Carmín no tiene límites.

Encantus. Alas de hielo (libro 5)Where stories live. Discover now