2-El corazón de Sofía

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-Mi vida, mi hija está actuando muy raro.

Escuchaba la voz de mi esposo como un zumbido en el aire, no podía poner verdadera atención a sus palabras, mi mente estaba en otro lado, mi estrés, mi confusión, no podía creer lo que había pasado hace rato con nosotras en la sala.

Maldición es sólo una niña, ella me besó, ¡carajo y yo la seguí!.

¿En qué estoy pensando?, ¿en qué está pensando ella?.

-Dulce... ¿estás bien?- Christian se arrodilla frente a mi en la cama- ¿Qué está pasando con Anahí?.

-¿Con Anahí?- pregunté nerviosa, por fin prestandole atención a mi esposo- Te juro que no pasó...

-Shh- coloca un dedo sobre mis labios y sonríe- Mi amor, ¿por qué estás tan nerviosa?.

-No, no por nada, es sólo que- rasque mi cabeza sin saber que decir.

-Necesito que me digas que está pasando con ella... porque sino tendré que hablar con María. 

-No es necesario que hables con María y que la preocupes, de verdad. Yo me encargo cariño, es cosa de mujeres, nada grave- sonreí y acaricié su rostro- Te lo prometo. 

-Gracias, a pesar de recibir siempre malos tratos por parte de Anahí, ahí estás apoyándola en sus momentos y para ella... eso es muy valioso para mi como padre, te amo.

Sonreí en respuesta.

Él era un hombre con todo el sentido de la palabra, atento, generoso, amoroso, buen padre, buen marido, buen hijo.

Pero a pesar de todas estás cualidades me siento ahogada y sé que no es una buena persona, siento que la ropa me aprieta. Tal vez me siento ahogada porque estoy fingiendo. Tal vez no es la ropa lo que me aprieta, sino el sucio disfraz que visto cuando de Christian Puente se trata. Y tal vez, cada una de sus románticas palabras se adentran en un lugar frío que ya conozco de memoria, "la indiferencia hacía él". 

Lo odio con todo mi corazón,  y para ser sincera creo que jamás dejaré de hacerlo hasta no verlo pagar por su asqueroso acto, con la única persona a la que ame. 

FLASHBACK

-Mi amor no me dejes, por favor- mis lágrimas caían como cantaros por mis mejillas y ojos. Estaba perdiendo al amor de mi vida, a Sofía. Mi princesa, la dueña de mi vida, la dueña mi alma y de mi ser. 

-Perdóname mi amor- Sofía está muriendo y yo con ella.

-Sofí, mi amor... mírame- le pedí ahogada por las lágrimas- Yo sin ti, no puedo vivir.

-Prométeme que vas a ser muy feliz... que te vas a volver a enamorar, que vas a hacer todo lo que soñamos, lo harás por las dos... Dul, necesito que me lo prometas...- da un suspiro junto a un jadeo- Tienes que ser fuerte.

-No puedo ser fuerte si tú me dejas amor, sin ti nada tiene sentido, nada tiene importancia, Sofía tú eres mi vida... te amo.

Los signos vitales de Sofía estaban bajando cada vez más, y junto a esa maldita maquina se iba mi vida al escuchar los pitidos más dolorosos de toda mi vida. 

-Mi amor, quie...ro pedir- da un suspiro- Un último deseo.

-Lo que tú quieras, lo que tú me digas- besé su frente intentando mantenerme en pie, ya que lo único que deseaba era morirme junto con ella y no volver a saber de la vida.

-Cuando muera- cierra los ojos y un par de lágrimas salen de sus ojos junto a un jadeo- Quiero que mi corazón... de vida, quiero salvar la vida de alguien más. Quiero vivir en alguien más. 

La MadrastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora