"Entonces ella se paró en puntas y lo besó"... ¿Por qué no hay una historia que diga lo contrario? Algo así como "Entonces ella se agachó para poderlo besar mejor" como si todos los príncipes azules fueran siempre más altos que la chica. Pero... No...
Estaba súper emocionada con la salida que iba a tener con Nishinoya. Unos minutos antes de la hora acordada, ya estaba planeando lo que me iba a poner.
Bueno, tampoco era como si tuviera un montón de ropa en el armario. Así que, traté de hacer alguna combinación con la ropa que yo tenía. Aunque era limitado.
– Tal vez, esta playera blanca con los tennis blancos o ¿escojo mejor la morada? – los tenía tendido en la cama. Esas eran las únicas playeras que no estaban sucias o con parches – Creo que la blanca se ve bien.
La agarré y me la probé. No estaba mal. De repente, me acordé que tenía que vestir algún suéter o chaqueta. Ya que, Nishinoya me había citado a las 6:30 p.m. Eso ya era algo tarde y no tenía ni idea en dónde íbamos a ir.
Me probé una sudadera azul cielo. Quedaba bien. Nuevamente me quité la ropa con la cual escogí para la salida y me fui a bañar rápidamente. Salí del baño y vi el reloj.
¿¡6:54 p.m!? ¡Ya es muy tarde!
Corrí a mi habitación y me empecé a secar con la toalla con rapidez. Después me empecé a vestir. Al último, me miré al espejo y medio me arreglé el cabello con mis dedos. Agarré mi bolsa de lado y me eché a correr.
Saqué mi teléfono para ver si era la dirección correcta. Estaba un poco lejos. No paraba de correr. A medida que corría, sentía que se me hacía más tarde.
* ¡¡Rápido, rápido!! *
Trataba de esquivar a las personas que se me presentaban en mi camino, al menos, ya estaba cerca. Al dar a una esquina, por accidente alguien había chocado conmigo. La persona había caído y yo me espanté.
– ¡¡Lo siento mucho!! – me agaché y le ofrecí mi mano para que se apoyara. Creo que había sido un niño con una gorra rosa – ¡¡No me di cuenta que...!!
– ¡Me alegra verte también, TN__! – dijo Nishinoya mientras agarraba mi mano y se apoyaba – Perdón por la tardanza.
– ¿Eh? ¡Pero yo también llegué tarde, discúlpame a mí por la tardanza!
– ¡No te preocupes! Al menos, no te hice esperar, ja, ja – dijo Nishinoya con una sonrisa encantadora en su rostro. Agarró mi mano y empezó a caminar hacia el lugar – Vamos antes de que se llene.
– ¿A dónde vamos?
– Ya lo verás.
Empezamos a caminar por la calle. En el trayecto, Nishinoya me había dicho que se le había hecho tarde porque su entrenador no los dejó irse antes y se echó una hora de platica. Después, tuvo que ir corriendo para arreglarse a su casa para luego ir conmigo.
– ¡Ya llegamos! – dijo Nishinoya sin soltar mi mano. Se veía muy ansioso – ¡Aquí es!
– ¿Eh? – alcé la vista y me di cuenta que era un lugar de videojuegos. Entramos al lugar. Habían demasiados juegos en ese lugar desde los más antiguos hasta los más modernos – ¡Increíble!
– ¿Verdad? ¿¡Cuál quieres probar primero!?
– Pues... – en mi vista periférica, me di cuenta que había un juego nostálgico. Me emocioné al verlo – Po... ¿¡PUEDO JUGAR ESE JUEGO!?
– ¡Claro que sí!
Fuimos corriendo hacia el arcade. Saqué mi monedero e inserté una moneda... ¡El sonido era tan nostálgico!
– ¡¡Vamos!! – exclamé mientras esperaba la partida.
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