Capítulo 55.

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Narra Martín.

Los nervios se apoderaron de mí y sabía muy bien que era hora de contarle a Ash para evitar inconvenientes y entonces, proseguí con lo dicho...

A: ¿Y, quién era?

M: Ash esto es complicado de decir y aún más de explicar. *Bajando la mirada*

A: Me estás preocupando, Martín, ¿qué pasa?

M: Era Karla, Ash tú sabes que... *lo interrumpe*

A: ¿Ka... Karla? *Confundida*

M: Sí, ella misma. Te juro que no tenía ni la más mínima idea de que era ella, Ash no quiero que te sientas mal por esto, no quiero traer el pasado a nosotros y menos ahora; aunque ya lo hice, al contestar la llamada. Debía decírtelo, de cualquiet forma te enterarías.

A: ¿Por qué dices que me enteraría? Martín, suéltalo ya, este es el momento. *Seria*

M: Le iba a colgar cuando me dijo quién era, estuve a nada de hacerlo; pero en cuanto te mencionó en la charla tuve que aguantarme, tú sabes que eres mi prioridad y tengo miedo a que algo te haga.

A: *Se le hace un nudo en la garganta* Martín, ¿por qué no me contaste esto antes?, es que, cómo puede venir ahora así como si nada y más aún, ¿cómo es que tiene tu número?

M: Pequeña, no sabía el cómo decirte esto y perdón si me tardé en hacerlo, yo amo verte feliz y no quiero que por esto dejes de serlo. Aún no logro entender cómo consiguió mi número y cómo es que sabe que somos amigos, mejores amigos.

A: Ya, no pasa nada. Entonces, ¿me mencionó?

M: Lo hizo.

A: Bien, ¿qué te dijo?

M: Pues que quiere arreglar las cosas, que necesita ser perdonada por ambos, quiere estar bien conmigo y contigo. Ash, quiere que se vean a solas. No sé ni por qué te cuento esto, no debería.

A: *Desconcertada* No, no digas que no debes contarme porque haces bien en explicarme esto. Sigue.

M: Bueno, a mí me citó en un lugar al cual no creo poder ir porque no estaré aquí ese día, me insistió en que le diera tu número; pero no lo hice y bueno, quédate tranquila que por ahora no te llamará.

A: Gracias por contarme esto, no te preocupes por mí, ¿si?, estaré bien. *Aún sin poder creer lo que Martín le dijo*

M: Te llamaré todos los días, ¿si? *Preocupado* Ash...

A: Sí, tranquilo. ¿Qué pasa? *Pensativa*

M: ¿Estámos bien?

A: Lo estamos. *Algo seca* Bueno, supongo que debes ir a arreglar tus cosas para mañana y yo aquí quitandote el tiempo.

M: No me quitas nada, esto era importante de decirte, así que no te  preocupes. *Sonriéndole*

A: Vamos, te acompaño a la puerta. Cuidate mucho y suerte en tu trabajo. *Le da un beso en la mejilla y lo despide*

M: ¿Estarás bien? Digo, puedo hablar para que me cubran otros días más. *Corresponde al beso y a la despedida*

A: Lo estaré y Hanni me hará compañía, si pasa algo te llamo. Suerte en tu viaje y nuevamente gracias por decirme esto. *Le da una ligera sonrisa*

M: Está bien, pero me marcas. Chao, cuidense. *Se va*

Narra Ash.

¿Por qué justo cuando me encuentro feliz llega algo que lo hace complicado serlo? Y es que, justo cuando estoy bien con Joy vienen mis padres con el viaje de regalo que nos hicieron, el hecho de que debo decirles acerca de mi orientanción y ahora esto, Karla.
Mi cabeza no pensaba en otra cosa que no fuera Karla, Karla, Karla.
¿Han tenido su primer amor? Bien, ella fue el mío. Era mi mejor amiga en segundo de prepa, eramos muy unidas, muy todo, siempre eramos ella y yo. Luego conocimos a Martín, no le caía bien a él, sí, estaba celoso porque Karla todo el tiempo estaba conmigo y bueno, ellos dos fueron novios, yo me alejé un poco de ella y Karla se dió cuenta de eso. Me hacía tanta falta, la extrañaba y no como amiga, sino que me dí cuenta de que sentía cosas por ella... Sí, desde que me enteré de eso le conté a Hanni y ella lo entendió, las 3 nos llevabamos bien a Hanni le caía muy bien; pero todo cambio un día cuando Karla me invitó a ir a su casa para ponernos al tanto de todo, esa noche su mamá había salido de viaje, estábamos solas literalmente. Ella sacó una botella de tequila, se emborrachó ya que una semana antes terminó con Martín, en cambio yo me dejé llevar por la adrenalina, la besé esa noche y desde ese día comenzamos a "salir" pasaron como 3 meses, ya estábamos juntas, en una relación. Yo estaba profundamente enamorada de ella, la amaba con locura, a cada rato la llevaba a casa con Hanni, la invitaba a salir, era mi llaverito que siempre llevaba a mi lado. Justo 2 semanas antes de que salieramos de segundo, nos invitaron a una fiesta, ella se emborrachó demasiado y fuí yo quien la llevó hasta la puerta de su casa, pasaron 3 días y no supe nada de ella, así que fuí a su casa a verla, estaba nuevamente pasada de copas el motivo fue que sus padres se divorciarían y además ese mismo día ella me confesó algo muy profundo y doloroso para mí, me utilizó, dijo que si estaba conmigo era para pasar el rato, para divertirse, para olvidarse de todo y al parecer a Martín le dijo lo mismo. Al ecuchar eso, salí de su casa y fuí en busca de la única persona en la cual me refugiaba en sus cálidos abrazos, Hanni.
Entré en depresión a causa de aquellas palabras que tanto me hirieron porque después de todo, yo la amaba. Le lloré al menos durante 1 año y a ella jamás le importó el cómo me sentía, y ahora viene a ¿disculparse?, ¿a arreglar esto? Ya es tarde para esto y realmente me ponía mal esto, no quiero volver a caer en su juego, no lo quiero así.
Fuí a contarle a Hanni, lloré en sus brazos y ella estuvo allí para cuidarme. Desperté en la madrugada, tomé mi teléfono y me dirigí a mi habitación, quería estar sola. Estaba a punto de dormirme, cuando entra una llamada de un número desconocido. Mierda.
El miedo se apoderó de mi interior, mis pensamientos fueron más allá de lo que creía, mire y contemplé unos minutos aquel número telefónico, aún no sé ni comprendo el valor que tuve para responder aquella llamada, antes de hacerlo inhalé un poco de aire y tomé un poco de agua para quitarme lo adormilado, enseguida contesté.

A: ¿Bueno? *Adormilada*

Mi vida entera.Where stories live. Discover now