VIII

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-Te dije que si existía- le reprochó Lucy a su hermana, yo me acerqué a un espacio cubierto por un cálido rayo de sol, deje que su calor me recorriera el rostro, era una sensación agradable

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-Te dije que si existía- le reprochó Lucy a su hermana, yo me acerqué a un espacio cubierto por un cálido rayo de sol, deje que su calor me recorriera el rostro, era una sensación agradable

-Esperen, dijo que el invierno ya casi se acaba- dijo Peter volteando a vernos, me aleje del rayo de sol y me acerqué a él.

-Eso significa...- dijo Lucy, ¿Cómo no se me había ocurrido antes? La navidad, Santa, los rayos de sol.

-No más hielo- dije y todos salimos corriendo hacia la orilla del rio que se estaba descongelando a partes y la cascada amenazaba con derrumbarse en cuestión de minutos.

-Tenemos que cruzar ¡Ahora! - grité y empezamos a correr para llegar justo al borde del rio

-Esperen, no podemos pensarlo un minuto- dijo Su justo a punto de empezar a cruzar

-No tenemos un minuto- replicó Pet

- ¿No pueden construir una presa? -  preguntó Lucy a los castores

-No somos tan rápidos querida- dijo el Sr. Castor

-Tenemos que cruzar ¡Ya! - grite haciéndoles una seña para que se apresuraran.

A lo lejos se escuchó el aullido de un lobo, vimos como la manada se iba acercando.

Segura de que era ahora o nunca puse un pie en el hielo, pero este se desprendió, me iba a caer, pero Pet alcanzó a tomarme del brazo y jalándome hacia él

-Gracias- susurre. ¡mierda! Si tan solo tuviéramos un poco más de tiempo

-No hay de que- ambos nos escuchamos nerviosos, como si estuviéramos en shock

-Yo voy primero-dijo el señor Castor y se encamino por el hielo, dando palmaditas con su cola para asegurar que estuviera firme, nosotros lo seguimos poco a poco. mientras las pisadas de los lobos se acercaban más y más

-Si mamá estuviera aquí nos....- iba a decir Su, pero Peter le interrumpió

-¡Mamá no está aquí!- grito Pet, sentía que mientras que Susan seguía sin querer aceptar el hecho de que estaban en Narnia, Peter se estaba adaptando, se sentía cómodo aquí, sin embargo, su brusco movimiento había cuarteado el hielo -¡Peter cálmate!- le grité, necesitaba que todos estuviéramos tranquilos para poder cruzar con el menor riesgo posible; él me iba a decir algo cuando el grito de Lucy lo interrumpió, volteamos y vimos que los lobos nos habían acorralado y cada vez se iban acercando más.

Pet nos puso detrás de él y desenfundó su espada apuntándola hacia Me           - ¿¡Peter que estás haciendo?!- le grité a la par que desenfundaba mi espada y me ubicaba a su lado, logramos formar un escudo para Lucy, Susan y la Sra. Castor, hasta que vimos como un lobo le lanzó una mordida a él sr castor alcanzando una parte de su lomo.

-Baja eso niño, le sacarás un ojo a alguien- le dijo Me

-Olvídate de mí Pet, ¡Atraviésalo! - gritó el castor tumbado en el hielo

-Por favor niño, váyanse ahora y su hermano irá con ustedes- dijo el lobo, poco a poco iba haciendo retroceder a Peter, ubicándome frente de ellos

-Escúchalo Pet, debemos pensarlo- dijo Susan acercándose a su hermano, Peter estaba temblando y aunque no bajaba la espada se le miraba lleno de miedo e indecisión.

-Tu hermana es muy sabia- dijo el lobo

-Por favor, esta no es su batalla, lo único que mi reina quiere es que se vayan- continuó Me, mientras se acercaba más y más

-Peter, no le hagas caso, por favor, todo lo que él te diga es una mentira. Jamás los dejara ir- le susurré sujetando su muñeca, haciendo que su espada se estabilizara lentamente

-Decide rápido hijo de Adán, ni el río ni yo vamos a esperar para siempre- dijo el lobo cuando escuchamos un tronido y vimos que la cascada empezaba a desprender trozos de hielo

- ¡Peter! - le gritó Susan, estoy segura de que ella habría aceptado el trato de Me sin dudar

-Pet, por favor- susurré al borde del llanto

- ¡Agárrense de mí! - gritó Peter y le hicimos caso, Lucy se acercó corriendo a nosotros y envolvimos a el rubio con nuestros brazos, él enterró su espada en el hielo y en ese momento la cascada se desprendió provocando una enorme ola haciendo que todos cayéramos a las heladas aguas del rio.

Entre la fuerza de las aguas y los pedazos de hielo fue difícil mantenerme aferrada al chico así que en un punto estaba a la deriva, siendo revolcada por las corrientes, alcanzaba a oír varios gritos, pero no podía distinguir nada hasta que pude aferrarme a un pedazo de tierra. Estaba a salvo.

Logré salir en la orilla del otro lado del río, Peter y Su ya estaban juntos y los castores venían nadando, solo faltaba....

- ¡Lucy! - gritó Peter, pude ver que tenía su abrigo en su mano y un escalofrío recorrió mi espalda

- ¡Lucy! - gritó Susan

Yo me asusté y estaba a punto de gritar su nombre

- ¿Alguien tiene mi abrigo? - preguntó la pequeña, yo me acerqué rápidamente a dónde estaban y al verla lo recordé

¡El instrumento del Sr. Tummus! Busque entre mis ropas y lo sentí en el bolsillo de mi pantalón provocando que soltara un suspiro de alivio -tranquila, tu hermano no va a dejar que nada te pase- le dije acariciando su cabeza y Peter le puso su abrigo empapado de agua helada.

-Creo que ya no necesitarán esos abrigos- dijo la Sra. Castor señalando el camino lleno de luz y pudimos observar cómo algunos árboles aún tenían bastante nieve entre sus ramas mientras que a otros se les estaba derritiendo y dejando ver su hermoso follaje totalmente verde y otros más alejados ya estaban llenos de hermosas flores de todos colores, exactamente como antes, mi corazón empezó a latir rápidamente y el aire pareció abandonar mis pulmones ante el asombro.

-Sr. Castor ¿Está viendo lo que yo? - pregunté con cierta emoción nerviosa, quería asegurarme de no estar soñando

-Así es pequeña, el invierno al fin se acabó- me dijo a lo que solté un suspiro de admiración y seguimos ese camino. Llegados a los árboles llenos de flores me detuve a admirarlos y respirar un poco el perfume que despedían.

-Podríamos descansar un poco, ya no parece haber peligro- sugirió el rubio, era una buena idea, pero no había tiempo para eso

-No, Aslan los está esperando- dije volviendo al camino

-Tiene razón, además, no falta mucho, llegaremos al campamento antes del atardecer, justo a tiempo para poder comer- agregó el Sr. Castor tomando la delantera - ¡Tu solo piensas en comida! - le reclamó la Sra. castor a su esposo provocando risas.

Así que continuamos nuestro camino, más felices que antes.

𝗟𝗔𝗧𝗜𝗗𝗢/ El león, la bruja, la profecÍa y los guardianes (LCDN#1)Where stories live. Discover now