XIII

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Tuve un sueño, era como si varios recuerdos pasaran rápidamente frente a mí, solo que no era nada que hubiera vivido antes, el galope de unos caballos, un ciervo blanco, el brillo de un farol

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Tuve un sueño, era como si varios recuerdos pasaran rápidamente frente a mí, solo que no era nada que hubiera vivido antes, el galope de unos caballos, un ciervo blanco, el brillo de un farol.

-Oeste- escuché que una voz lejana me llamaba

-¡Oeste!- volvió a decir esa voz y de repente mi cara estaba en el pasto y me levanté enseguida y vi a Ed al lado de mi cama

-¿Qué cara...- iba a reclamar pero luego vi que tenía una espada en mano y recordé el trato que hicimos

-¿Muy temprano?- me preguntó

-¿Ya salió el sol?- lance un bostezo mientras me sentaba y sujetaba mi cabello en una coleta -No- respondió mientras se rascaba la nuca un poco apenado

-Entonces está prefecto- le dije sonriendo somnolienta

-Espera afuera en lo que me cambio- dije entre bostezos y el salió riendo por mi cabello todo despeinado.

Me puse un pantalón de cuero y una blusa blanca de algodón, tomé mi espada y salí.

- ¿Listo? - le pregunté y el asintió,

-Bien no necesitarás esta por ahora- le dije mientras le quitaba la espada de sus manos y le entregaba una de madera a lo que él me miró un poco confundido

-Ni creas que empezaremos con las de verdad- reí un poco

- ¿Por qué? Así sería más rápido-

-Claro, pero podrías perder un dedo-

-Está bien está bien- dijo riendo nervioso

-Empezaremos por lo básico, la postura-

Ed era bueno, como si lo trajera de nacimiento; aprendió bastante rápido y era ágil por lo que no tardó mucho en estar listo para las espadas de metal.

Habían pasado varias horas ya practicando con espadas normales. Vi que Aslan les presento a los demás hermanos a sus Guardianes, Sur y Susan estaban platicando al igual que Este y la pequeña Lucy mientras que Norte fue directamente a empezar a entrenar junto a Peter. Mi mente se distrajo unos segundos viendo los parecidos que había entre protectores y protegidos.

Edmund me había pedido varias veces un descanso, estaba empapado de sudor y sus labios rogaban por un sorbo de agua

-No descasaras hasta que logres desarmarme- le dije lanzándole una estocada, él logro esquivarla hábilmente

-Entonces moriré de hambre- respondió entre jadeos y lanzándome una estocada por la izquierda que cubrí rápidamente

-Vamos Ed puedes hacerlo mejor- a lo que él respondió con un golpe más fuerte de lo que esperaba haciendo que mi espada cayera

-De eso estaba hablando- me acerque a él, cansada pero contenta y orgullosa

-Ven, vamos a comer- le dije mientras recogía nuestras espadas

𝗟𝗔𝗧𝗜𝗗𝗢/ El león, la bruja, la profecÍa y los guardianes (LCDN#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora