El Último Heredero de Sparda

El Legado de Vergil

Hablar: Nos volvemos a reencontrar nuevamente, ¿He?

Susurrar: ¿Acaso debías hacerlo?

Acción: -Dijo mientras clavaba su espada en su abdomen-

Extra 1: ¡¡¡Hey!!! ¡¡¡¡Hola!!!!

Narrador: Y así, Izuku comenzó a seguirle el paso a su enemigo, Mientras que en intento de este por escapar...Cae muerto en el suelo... Con un disparo en la cabeza.

Pensamiento: (pensamiento) ¿Qué está pasando aquí?

Todos los derechos del anime y las imágenes usadas en este fanfic, son propiedad de su creador.

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[~Buried in the dark~]

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[Pov Narrador]

La brisa salada acariciaba la playa, mientras el sol se hundía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. Vergil, con su porte altivo, se detuvo en seco al escuchar el nombre que parecía surgir de las sombras del pasado.

"Arkham", resonó en el aire, y en un instante, la energía demoníaca que lo envolvía se intensificó, como si el simple eco de ese nombre hubiera reavivado antiguas llamas dentro de él. "¿Cómo... cómo conoces ese nombre?"

Los ojos de Izuku se ampliaron ligeramente, sorprendido por la reacción de Vergil. "A-Aiko lo mencionó", balbuceó, luchando por mantener la compostura. "Hisashi, mi padre, trabajó con un científico en las bases de los Quirks. Su compañero... su compañero se llamaba Arkham. Lo asesinó."

Inmerso en sus recuerdos, Vergil dejó escapar un susurro cargado de pesar. "Incluso siglos después, ese pasado me atormenta." Desvió la mirada hacia el vasto mar que se extendía ante ellos. "Arkham era un hombre misterioso. Se acercó a mí con la intención de unir fuerzas para abrir la puerta que conectaba el mundo demoníaco con el humano. Quería obtener el poder de mi padre. Pero para lograrlo, liberó los sellos de la torre Temen-Ni-Gru. Los siete pecados..."

Izuku asintió con solemnidad, absorbiendo cada palabra con atención. "Si ese Arkham es la misma persona que conociste en el pasado, entonces estás en peligro. Arkham es peligroso en todos los sentidos de la palabra. Manipulador y ambicioso para alcanzar sus propios objetivos."

"Tomaré precauciones", respondió Izuku con voz suave, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. "Pero los demonios... ¿dónde están?"

"Fuera de la ciudad", dijo Vergil, su tono impregnado de seriedad. "Podrás encontrarlos si sigues el rastro de energía demoníaca que dejan a su paso."