Rosie, hay algo que no te dije

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Jennie había decido dejar a la rubia en paz, llevaba alrededor de 15 minutos llorando del otro lado de la puerta. Se levantó secándose las lágrimas y caminó a su auto, evidentemente Lisa no le abriría la puerta, por supuesto que sabía que había estado mal, el querer protegerse de Lisa solo tuvo como consecuencia lastimar a la rubia.

Una vez que estuvo dentro del auto, tomó su celular y marcó el número de Rosé, alguien tenía que cuidar a Lisa ya que ella no lo había podido hacer. Escuchó como sonaba hasta que al tercer aviso la rubia contestó, quizás fue egoísta de su parte no haberle llamado antes.

—¿Jennie? ¿Pasó algo? ¿Encontraste a Lisa? —Pudo escuchar la voz desesperada de la rubia, intentó sonar lo más tranquila que pudo

—La he encontrado, te mandaré la dirección.—Sin esperar una respuesta colgó.

Dejó caer la cabeza en el volante derrotada, ya no había nada que pudiera ser, todo se había ido a la mierda, de seguro Lisa nunca la perdonaría, las cosas eran tan confusas para ella, por un lado estaba el hecho de que todo esto había sido culpa de la rubia al no decirle sobre su prometida, por otro lado había entendido que Lisa quería arreglar las cosas hablando y que ella no le había dado la oportunidad de hacerlo.

Le envió la dirección a Rosé por un mensaje, aunque quizás la rubia ya la sabía. Solo pensaba en una cosa; Dahyun. Aquélla chica tendría la oportunidad de consolar a Lisa, aunque sabía que era su prometida y obviamente tenía más poder sobre ella. Pensó en Tae, aquél chico era tan lindo con ella, aunque jamás lo llegaría a querer, quizás podría tener una linda vida a su lado porque sabía que con Lisa, ya no había futuro.

Alrededor de 20 minutos después, pudo notar de reojo como unas luces iluminaban el lugar, se irguió rápidamente mirándose en el espejo, estaba hecha un completo desastre, sin duda alguna no podía ocultar que había estado llorando, esto no saldría para nada bien. Vio como estacionaban el auto, la primera en salir fue Rosé. Jennie abrió la puerta y dio paso afuera.

—Que bueno que llegaste. —Miró con mucho cuidado a la rubia, quien miraba el lugar con el ceño fruncido.

—¿Dónde carajos estamos? —Rosé miró  a su alrededor con un poco de confusión, Jennie se preguntó seriamente si la rubia estaba jugando con ella. —¿Y por qué lloraste? —Esperaba con todo su corazón que esta no se hubiera dado cuenta.

—Jendeuki ¿Qué pasó? —Jisoo se fue acercando a su amiga un tanto preocupaba, quizás no había sido buena idea haber buscado a Jennie desde el inicio.

—Yo... yo...—Ni siquiera pudo hablar cuando las lágrimas comenzaron a caer por su rostro.—Lo siento mucho, yo no quise lastimarla...—Cubrió su rostro con las manos, ni siquiera podía mirar a Rosé a la cara, lo único que esta le había pedido era llamarla si encontraba a Lisa.

—¿Qué carajos hiciste? —Rosé se acercó peligrosamente a la pelinegra pero Jisoo se interpuso en su camino, la rubia respiró profundamente intentando controlar la ira, eran la 1 de la mañana y no había dormido bien y tampoco pudo cenar, eso la ponía de mal humor.— Mira Jennie, no sé lo qué pasó entre ustedes, lo único de lo que soy consiente es que Lisa necesitaba de alguien que la pudiera consolar, no tenía que hacer gran cosa.—Tocó el puente de su nariz, recordaba lo que había pasado hace días atrás.—Lo único que tenías que hacer era quedarte maldita sea.

Jennie parpadeó un par de veces mientras Rosé se alejaba un poco y caminaba de un lado a otro como si estuviera encerrada en una jaula ¿Por qué Rosé le decía eso? ¿Era por lo de la otra noche? ¿A caso Lisa de verdad esperaba que se quedara? todo era muy confuso para la pelinegra.

—¿De qué estás hablando? —Rosé se detuvo mirando a su novia en el proceso. Jennie miró de una chica a otra, como si se estuvieran pidiendo permiso para hablar

La chica del árbol [JENLISA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora