7. Un nuevo amigo

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—Toma la foto.

¿Es esto un sueño? ¿Estoy soñando? ¿Morí de la vergüenza, y ahora estoy en un limbo en algún lugar perdido del espacio-tiempo y el universo cósmico?

¿No? Bueno, eso igual hubiera sido chido.

Parpadeo confundida, y me acerco a él de forma lenta y cautelosa.

No puedo creer que haya dicho eso, quizás solo fue mi imaginación o...

—¿Lo-lo dices en serio? —pregunto incrédula.

Él solo suelta un gruñido asintiendo, confirmando mi respuesta.

Lo logró, señor.

¿Lo logré?

Lo logró...

¡Lo logré! ¡LO LOGRÉ! ¡LO HICE!

¡Lo hicimos! ¡Lo hicimos! ¡Lo hicimos, muy bien! ¡Perseguimos al gruñón, y...

Okey, suficiente.

Perdón, se me salió lo de Dora.

Suelto un chillido de felicidad, y por impulso, me lanzo a abrazarlo.

—¡Gracias, gracias, gracias! —Me restriego en él—. ¡Gracias, Hades! —Pero mi apego repentino parece ponerlo de más mal humor, y me alejo en seguida.

—Perdón, olvidé que no te gusta que te toquen... ¡Pero estoy feliz! ¡Já! ¿Quién se ríe ahora? ¡Yo! ¡Te dije que no me rendiría!

De hecho, sí lo hiciste...

Cállate.

Mis ojos brillan, y no puedo evitar dibujar una sonrisa bobalicona en todo mi rostro. La emoción me ha embargado por completo, y me siento fresca como una lechuga. Admírenme, me siento la puta ama. Prepárate mundo, que voy a por ti.

(Espacio y permiso para todos mis fans, para gritar como locas por mi logro.)

No tienes fans...

—Eh, yo...

—Tómala ya —ordena con voz autoritaria y profunda, y por un momento había olvidado el objetivo.

—Eh... no funciona así... —río con algo de nervios. Quizás no expliqué bien ciertos detalles...

Él levanta una ceja, y pareciera que empieza a irritarse más.

—Es que no puedo tomarte una foto así por así. Necesito el momento adecuado para hacerlo. Necesito volver a ver a esa mirada.

Hades se da la vuelta, y empieza a caminar.

—¡No, espera! —Voy tras él, y me ciño de su espalda como un koala—, porfavor, accediste. ¿Eres un hombre de palabra, sí o no?

Parece tensarse por completo ante mis palabras, y se detiene. Una maldición en un lenguaje extraño, sale de sus labios.

—¿Qué necesitas?

—Una salida.

Su rostro cambia a todo un signo interrogante.

—Necesito estar contigo un día. Dicen que las mejores fotos son las que se toman de la forma más casual, y por eso... necesito que pasemos un poco de tiempo juntos. Quiero capturarte en un momento más natural... ¿por favor?

Se lleva la mano al puente de su nariz, y suelta un resoplido lleno de mucha mala vibra.

—No.

—¡Oh, vamos! ¡Dijiste que sí!

—Ahora digo que no. —Y se echó a andar, dejándome parada en pleno pasillo, aún con la amarga falsa victoria en mi garganta.

HADES | Dioses latentes #1 (PAUSADA POR CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora