14. Del amor y otros hallazgos

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Encontré algo más en él ese día. Algo sorprendente, algo que lo hacía único.

Todos observan.

No sé en qué momento llegaron los chicos, de hecho, ni los noté. Pero están ahí, observándome algo confusos, pero a la vez aprovechando la moción del momento, para darse el lujo de sonreír divertidos viendo que me encuentro en una muy incómoda situación... y extraña.

¿Esos son tus amigos?

Mis mejores amigos.

Ah, y por si fuera poco... ya hemos llamado la atención de una gran multitud, que se encuentra rodeándonos con celulares en mano y grabando mi penosa escena.

Aquí solo falta el hobbit.

—A ti sí que te encanta armar escándalos.

¿Decías?

Aww, siempre tan puntual, ya lo extrañaba.

Ruedo los ojos, al verlo en una esquina meneando la cabeza desaprobándolo todo con su típica cara agria y aburrida. Pero no soy la única molesta con su indeseada presencia, sino también, Alethia. Que, al tan solo oírlo, suelta un bufido con fastidio.

—Ansel, tenías que ser tú.

—Alethia, es un no gusto verte de nuevo.

Sus miradas chocaban, pero no superaban la intensidad con la que Arz me miraba a mí, con un rictus serio y endurecido.

Amigo, yo solo quiero salir de aquí. Y si es con vida, mejor.

Las notificaciones no dejaban de sonar, logrando asustarme un poco. Jeremy seguía sin soltarme, mientras clavaba sus ojos en Zelan, que parecía sorprendido ante la reciente revelación.

Y completamente innecesaria, cabe recalcar.

A veces caes bien, conciencia.

Pude ver de lejos como Daniel, le tocaba el hombro para preguntarle:

—Z, ¿qué pasa?

Al mismo tiempo que Mike, que venía a lo lejos, se soltaba de la morena al tan solo notarme. Ella pareció hacer un mohín indignada, y más al verme.

Quería llamarlo, pero... prefiero no molestar más a su acompañante.

Para mi sorpresa, se acercó a nosotros de forma rápida.

—Sí, Z. ¿Me explicas? —A juzgar por su rostro, no se le veía para nada contento. Zelan solo exhaló, y se giró para explicarles, ignorando por un momento al chico rubio que se encontraba a mi lado.

—Bueno, es una larga y loca historia, pero te lo resumo así nomás... le pedí que fuera mi novia.

Al decirles, ambos chicos abrieron los ojos en grande, uno con más sorpresa que otro.

—Zelan. —Mike cambió el tono de su voz, a uno más severo—. Esto... lo hablaremos luego... —le dedicó una mala mirada, y se giró hacia mí—: Aly, lamento mucho, lo que sea que este estúpido —

—Hey, hey, un momento, aún no entiendo nada, pero... ¿Z, estás diciendo que esa chica que te dio una paliza en la calle por tus bromas pesadas, fue Aly? —Daniel a diferencia de Mike, relajó sus facciones y se llevó la mano a la boca, para evitar soltar carcajadas fuertes, después de haber interrumpido a mi amigo, que adoptó una actitud seria tras ello. El moreno solo asintió evadiendo el rostro, seguro tragándose el orgullo.

Hasta aquí... se huele tu vergüenza.

 —¡No me jodas, Zelan! ¡La odiabas hace tan solo unos días, y ahora... le entregas flores! ¿Te golpeó tan fuerte, tío? —señala el español, dejando que ponga mi vista en el suelo donde se encuentran sus rosas, luego de tirarlas por accidente al tomarlo del cuello.

HADES | Dioses latentes #1 (PAUSADA POR CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora