El Secreto de La Buganvilla

CAPÍTULO 13

Indecisa, camino por mi habitación, repasando el plan y, por si fuera poco, tengo mi laptop encendida, con la presentación que hicimos al día siguiente del cumpleaños de Kenna. Sin despegar mi vista de la laptop, empiezo a marcar su número, pero antes siquiera de que inicie la llamada, cuelgo. Vuelvo mi vista al celular, armándome de valor, después de tres o cinco respiraciones, le marco para que responda al tercer timbrazo.

-Bueno, ¿Fresia, eres tú? -pregunta por la otra línea, mientras que mi corazón late a mil por hora, siguiendo incrédula por lo que haré.

-Hola, Rafa, amm, Rafael, espero no molestarte con esta llamada. -empiezo nerviosa e informalmente, regañándome por dentro por tal espantoso comienzo, me empiezo a imaginar mil catástrofes y en vez de ayuda consiga arruinar más las cosas.

- ¿Desde cuándo tan formal, fresita? ¿Todo está bien? -su tono cambia de bromista a preocupado, tiene razón, siempre que hablo con él, soy muy confianzuda, pero como no he de serlo si a veces los sentía como un segundo hermano cuando era más pequeña.

-Sí, todo está bien, Amapola y el abuelo, están bien; eso si mi hermano aún cuestiona y anda medio sensible por tu ausencia en el bautizo de Amapola, se suponía que tu ibas a hacer el padrino. –me tranquilizo hablando de temas menos sensibles y sin dobles intenciones, ah, espero que no lo tome a mal, no quiero causar disgustos a mi hermano.

- ¡Qué bueno!, lo sé, pero créeme era mejor así, oí que al final escogieron al hermano de Grace. -comenta, reanudo mi caminata por mi cuarto, cuando de repente los gritos de mis primos llegando a la casa, hacen que me dé la vuelta para cerrar la puerta con seguro. -Por lo que alcancé a escuchar, ya va llegando la familia, Oye, ¿Sabes si tus primos franceses van a pasar navidad con ustedes? -me pregunta con un tono bajo, como si fuera un secreto, cosa que me desconcierta.

-Emm si, ¿por? – cuestiono, viendo el hermoso atardecer que me puede ofrecer mi ventana. –Rafael, me gustaría comentarte algo, antes que se me olvide o acobardé. -declaro, oyendo de su lado de la línea la voz de Santino, haciendo que me tensé. - ¿Ya llegaste? -falló en mi intento de sonar normal y sin miedo en ella.

-Entiendo. -responde y lo que sea que hace, por su lado de la línea, vuelve a estar en silencio. -Listo, ¿Qué me quieres decir? Tranquila, Santino ya se fue para el bar y estoy en mi cuarto, sabes que ni él o nadie va venir a molestarme sin tocar la puerta. –me recuerda, trayéndome confianza a mi sistema, pero sin dejar de sentir terror por lo que puedo causar si le cuento mi plan y el porqué de ello.

-Te tengo una propuesta. -empiezo. -Y trae muchas ventajas para tu lado como para el mío, no te arrepentirás de ello, te lo prometo. –suelto, de la manera seria y profesional, con la que he sido entrenada y practicado estas semanas.

-Sabía, que había gato encerrado, nunca me llamas Rafael, bueno solo aquella vez cuando me conociste, pero de ahí en fuera, nunca. –su voz suena seria, como un mal presagio. -Antes que me digas tu plan, tendré que detenerte, no es manera de hacerlo y menos con ese sonido de urgencia de tu voz, sé que hay algo más, es decir, alguien más, no haré nada hasta ahorita, puedes quedarte tranquila, pero esta conversación tendrá que seguir fuera de Torres Hills, en el Telescope Bistro a las once de mañana. Adiós, pronto iré a visitarlos. -y con eso termina la llamada dejándome estupefacta por descifrar mi voz y el porqué del trato y que quiera darle una oportunidad.

Extasiada empiezo a organizar lo que me voy a llevar y que me llevaré puesto, además de que pretexto usaré esta vez para despistar a mi familia sin que me cuestionen porque tan temprano me voy a ir y no sé a qué hora volveré ya que el restaurante se encuentra en la ciudad de Serenity que está a dos horas de distancia del pueblo.

Ya hablé con él, nos vamos a ver en el Telescope Bistro, mañana a las 11. Tiene una idea a lo que voy, pero no va causar ni un conflicto antes de tiempo-les mandó el mensaje a las chicas por el grupo de WhatsApp.