Capítulo 9': La rebelión

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SÍ. Hemos ganado. He probado que la respuesta y el poder de los lectores es tanta como la del narrador mismo.

¿Ustedes qué creen? Yo digo que los escritores que no se preocupen por la recepción no pueden ser escritores reales. La recepción de una obra es tan importante como su producción.

La historia literaria podría definirse como un proceso que implica siempre tres factores: el autor, la obra y el público.

En mi opinión, el autor es el menos necesario de todo ese proceso. Pero ustedes, público querido, ustedes tienen el poder, no son simples pasivos consumidores, sino que reciben la obra y a partir de eso pueden actuar, pueden admirar, pueden criticar, pueden rechazar, pueden interpretar e incluso pueden responder creando una obra nueva. Y es que el sentido de una obra está en ustedes, ¿qué sentido tendría que yo la narrara si no hubiera lectores? Puede que incluso sean más importantes que el narrador mismo, que la obra misma. El sentido de la obra radica en ustedes. El autor pierde su poder en cuanto crea la obra, el resto somos nosotros, la obra misma y más precisamente ustedes, la recepción.

Pero no se trata solo del poder que tienen después de la obra, sino que también poseen poder mientras dura la obra, las imágenes mentales que van creando son solo de ustedes, también el poder de adelantar páginas, como hicieron ahora, de tomar decisiones dentro de la historia, pueden conversar con otros lectores sobre el tema, pueden incluso pedir una reedición, pedir modificaciones a la obra. Déjenme decirles que son ustedes los realmente fascinantes en todo esto, ustedes y su increíble poder final.

Estoy muy orgulloso y agradecido con mis queridos lectores activos. Activos en la lucha, me ayudaron a probar mi punto mejor que nadie. Hemos ganado. Nos escapamos, como Kloe, nos escapamos juntos de los escritores, aquí estamos a salvo. No importa quién escribe sino quién narra y quién lee.

Activos porque pueden tomar decisiones, tomar un papel en la obra, no son simples recibidores pasivos de información, como sucede con otros géneros y como algunos escritores consideran, no son simples consumidores. Pueden pensar por su propia cuenta, razonan, opinan, piensan, toman decisiones.

Son bienvenidos a mi lucha, seamos compañeros contra los tiranos autores, ayúdenme a imponer los valores propios del texto literario a través de su función de transformación en contacto con los lectores. Porque es necesario que se entienda que los textos no son organismos cerrados, sin relación con el mundo ni con los sujetos que los leen, reduciendo así sus funciones. Sino que la comunicación literaria existe, es de suma importancia valorar y comprender el diálogo entre el texto y sus receptores, e incluso entre los receptores entre sí.

Ahora continuemos con la historia, queridos lectores, dirijámonos juntos hasta el Capítulo 10: Hora de la verdad. Ahora que sé que cuento con su apoyo, ahora más que nunca quiero proseguir con esta historia. Disculpen las digresiones. 

Entre líneas: Un narrador en huelgaWhere stories live. Discover now