"Día número veinte"

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No volví a escribir en varios días.
No es porque haya ocurrido algo en específico, más bien, por eso fue que no escribí. No me ocurrió nada que debería de contar.

Pero hoy, en la escuela ocurrió algo.

Yo no entiendo que hago para molestar a la gente. Me refiero, me esfuerzo a pasar desapercibida. Siempre creí que ese era como mi fuerte, algo con lo que nací y me podría destacar de una manera peculiar.

Porque en el significado de la palabra "destacar" me estaría contradiciendo demasiado.

En fin. Lo contaré.

Estaba en los baños. Normalmente ahí me oculto en los recesos, aunque se me hagan eternos, pero prefiero eso a pasearme por los pasillos. Quien sabe que me pueda encontrar.

Era de esperarse que mi escondite no durara mucho, ya que llegaron ellas.
Ya sabes, las chicas que se llevan con los chicos "populares" o más bien, los que juegan deportes y se creen la gran cosa.

Me vieron sentada en una esquina viendo mi celular. Tomaron este y lo lanzaron al piso.
Solo pude ver como se hizo pedazos, porque mi teléfono no es uno muy elaborado, digámoslo así.

No les fue suficiente el verme indefensa ante ellas, estar hecha una bolita, mirando para arriba debido a que estaba aún tirada.

Me patearon y caí rendida. Otra vez.

No quise contarles a mis padres, no quería hacerlo jamás. Era obvio que esta no era la primera vez, por eso la medicación.

Ellos se dieron cuenta solos.
Justo cuando llegué tarde a la casa, con moretones en los brazos y piernas, porque aún no veían debajo de mi ropa.
Mi cabello; que antes me enorgullecía de tenerlo un poco largo, ahora estaba hasta mis hombros y mal cortado.

Era obvio que ellas no serían delicadas ni en eso, y era obvio también, que yo no suplicaría con decirles:

—Córtenlo recto y bien, por favor.

Es ridículo.

Les conté todo. Solamente porque estaba bajo la presión de ellos.
Bueno, solo les conté lo de hoy y les dije que es la única vez que me han molestado desde que inicié la preparatoria.

Sigo creyendo que contarles sobre lo del callejón, sería contarles mis ganas de morir. Dudo mucho que eso los haría sonreír, yo no quería ver mal a mis padres, solo por contarles lo más asqueroso que me ha pasado en mi vida.

Solo diré...;
Wendy

𝗪𝗛𝗘𝗡?Where stories live. Discover now