Volver a clases...

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Elizabeth se apareció a las afueras de Hogwarts, esta vez la máscara no estaba sobre su rostro así que solo entró con las cosas que tenía entre sus brazos y sin que nadie la viera, lo que menos necesitaba en ese momento eran preguntas, así que solo se dirigió a su cuarto sin que nadie la notara y siendo lo más precavida posible. Una vez ahí, dejo las ropas sobre su cama y se metió a bañar, al salir y estar más despejada, con una toalla en su cabello y vestida con su pijama, se sentó en cima de la cama pensando en lo que hasta el momento había sido la mejor noche de su vida, recordó a aquel hombre extraño que nunca había visto antes pero su mirada la encontraba tan familiar, su Dante de ojos negros. Pero luego recordó como había despertado en medio de un lugar que no conocía, totalmente sola. Eso hizo que tomara la capa y el saco y lo dejara dentro de una caja bajo su cama. Sabia que quizás nunca volvería a ver a aquel hombre pero lo recordaría con aquellas prendas al menos.

Con todo lo que había pasado, no se percató hasta ese momento, de que eran serca de las 2 de la madrugada, así que no tuvo de otra que seguir durmiendo en su cama, a pesar de sentir que algo le faltaba, podría ser aquel brazo que la rodeaba, aquel aroma o como se sentía con aquel sujeto, no sabía la respuesta así que contra sus instintos de seguir en su cama ya casi caliente y acogedora, golpeó la almohada y se levantó para sacar la capa del mago y abrazarla como si esta fuese alguna especie de manta. La coloco a su lado y la abrazo hasta encontrar el sueño, el que no dudo en aparecer pronto.

...

Era Lunes, todos estaban en el gran comedor, Elizabeth hablaba y reía con sus amigos como todos los días en la mesa de las serpientes hasta que alguien carraspeó tras la rubia, los muchachos miraron con miedo al emisor de aquella toz falsa y luego ella se volteó.

-Señorita Elizabeth debo hablar con usted, ahora- dijo como siempre con su voz resonante y situando miedo.

-Estoy ocupada, señor- volteó otra vez dándole la espalda y siguió comiendo.

-Si no lo hace, me temo que tendré que quitarle puntos a su casa señorita- la muchacha rodo los ojos y se levantó mostrando claramente su disgusto.

-Bien, profesor, iré con usted- el pocionista hizo un gesto para que ella caminara primero y ella lo hizo.

Camino a paso apresurado hasta donde estaba su despacho, ella conocía muy bien el camino por las clases anteriores que habia tenido con él.

Él, que iba tras ella abrio la puerta y ambos entraron, la muchacha se quedo parada en el lugar mientras el murcielago dio la vuelta a su escritorio y señalo la silla frente a él para que la chica se sentara, cosa que no demoró mas de unos segundos y otros mas para comenzar a hablar.

-Señorita Elizabeth, debo decir que no se el motivo real para que usted dejara de tomar las clases que tenia conmigo, pero la verdad no importa, lo que si es importante es que debe volver a retomar sus clases- no pudo seguir ya que ella comenzo a protestar de inmediato.

-Señor se que no deberia contestar de esta manera a un profesor pero no es de su incumbencia, ademas ¿a usted que le importa?- Snape la miro desafiante.

-Me temo que no tendre otra opcion que obligarla a retomar sus clases o me vere en la obligacion de hablar con el director- se levantó y comenzo a caminar por la habitación- cosa que si se pregunta... no e echo, usted sabe donde se esta metiendo señorita Grimes- con un echizo dio vuelta su silla y coloco las manos en los reposa brazos quedando muy serca de ella- sabe que el señor tenebroso esta acechando y en cualquier momento puede atacar, que hará si sus padres, por trabajar en el ministerio, son utilizados o peor... asesinados, debo enseñarle señorita Grimmes- se alejó- y usted no deja que le enseñe a protegerlos.

-Se que es un mortifago- solto de pronto sin miedo y se levanto enojada por lo que le habia dicho, ella se sentia totalmente confundida ¿por que diablos el queria ayudarle? El era un mortifago

-Mentiras- respondió.

-Si es así, digame... digame porque quiere ayudarme a proteger a mi familia.

-Que insolencia...- el hombre pensó que aquello era una broma de mal gusto, preguntarle el porqué lo hacía, pero tenía dos opciones comportarse mas paciente y sensible con ella y mentir o contarle la verdad sobre su vida de espía, prefirió la primera pues aun no quería que nadie se enterara sobre su pasado.

-Entonces no lo haré

-Uff... lo hago porque no soy tan malo como todos me ven... ¿ademas a usted que le importa?- ella no dijo nada más y aceptó.

-Esta bien señor ¿a que hora debo estar aqui?- relajo su semblante.

-Despues del almuerzo, ahora vallase de aquí antes de que la hechice- hizo un ademan con la mano para que ella se marchara y así lo hizo la muchacha.

Snape quedó en soledad y caminó hasta la chimenea, tomo su varita y encendió fuego con esta.

Recordaba muy poco de lo que había pasado la noche pasada, no sabía si había sido una ilusión, podria decir que Dios mandó un angel para él aquella noche, pero no creía en esas cosas muggles, no era un hombre de Dios, era un hombre de echos, de ciencia, "quizas solo fue una fantasía" se dijo mirando el fuego muy concentrado.

-¿Pero que fantasia se sentiría tan real?- se pregunto al mismo tiempo que caminaba, tocaba sus labios y luego se sentaba en la silla al otro lado de su escritorio.

Conjuró un vaso con whisky de fuego ¿por que se había mostrado tan debil el día anterior? Lucius tenía algo que ver, de eso estaba seguro pues al volver a la casa de Malfoy muy preocupado y atemorizado preguntando por Beatriz el hombre le había respondido con que no la habían visto, asi que solo decidió volver a Hogwarts a su cuarto a romper todo por su abandono. Solo las palabras del rubio lo hacían creer que ella era tan real como él y como lo que estaba sintiendo en ese momento.

Estaba tan sumido en sus pensamientos, tan concentrado, que a pesar de ser un espía no notó cuando un anciano de barba larga entro a la habitación, el tema de la muchacha desconocida era lo unico y lo que mas ocupaba su cabeza y sus sentidos.

-¿Severus me has oido?- pregunto el director al fin haciéndolo voltear.

-Albus ¿que haces aqui?- el viejo nego con la cabeza como desepcionado y luego rió.

-¿En que pensabas muchacho? Estas con la cabeza en otro lugar, concentrate, debo contarte algo muy importante- Snape levanto los ojos y luego miró al anciano.

-¿Que sucede?- se levantó de la silla.

-Es sobre la señorita Grimmes y el señor Malfoy.

...

-¡Elizabeth!- escuchó un grito a sus espaldas mientras salía de la oficina del maestro, no volteó siguio su camino sin ponerle atención- Por favor Elizabeth, espera- el muchacho corrió hasta alcanzarla y tomar su hombro, ella volteó rapidamente.

-¿Que quieres Malfoy?- se cruzó de brazos mostrando su molestia.

-Queria... bueno soy nuevo en estas cosas... pero queria disculparme contigo, se que e sido una persona despreciable y quería pedirte una disculpa.

-¿Es en serio? Despues de todo lo que has molestado a mis amigos y a mi ¿quieres que te perdone? Es una broma ¿no?- sonrió falsamente.

-Es en serio Grimmes ¿que debo hacer para que me creas?- se acercó a ella mostrando que en serio estaba arrepentido.

-Esta bien Malfoy, se como puedes demostrarlo, ven a las tres escobas conmigo, John, Alex y Steven...- se quedo un segundo en silencio, quería ver su expresión.

-Ire con ustedes...

-Aun no termino, luego nos juntaremos con Hermione, Ron y Harry ahí y beberemos algo todos en la misma mesa- la expresión del chico cambio totalmente a una de molestia, de asco, por pensar si quiera en compartir mesa con los Gryffindors.

-No estare con Gry...

-Pues entonces olvidalo, hasta luego Malfoy- comenzó a caminar otra vez pero el muchacho la detuvo tomando su brazo- lo haré, si asi me perdonas.

-Es un trato, luego de beber con nosotros... hasta luego- sonríe y esta vez si se retira sin mirar atras.

Una Grindelwald en HogwartsWhere stories live. Discover now