Capítulo 69

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– ¿Tienes todo?

– Sí.

Me acomodé la peluca sobre mi cabeza otra vez en señal de nerviosismo.

– ¿Repíteme el plan?

Dejé de hacer lo que estaba haciendo para lanzarle una mirada letal a Aleksei.

– Entraré y pediré hablar con el que esté a cargo. Les ofreceré cien mil dólares por..., mi presa. Si son inteligentes aceptarán, sino, los mataré y me la llevaré.

– ¿Me avisarás si necesitas ayuda?

No me hizo preguntas, cosa que agradecía muchísimo.

Me incliné sobre el tablero del coche de Aleksei acercándome a su rostro. Sus ojos cambiaron la expresión en cuestión de segundos.

– Puedo con esto, Aleksei.

Rocé mis labios contra los suyos para hacerlo callar. Me la estaba jugando con Aleksei, pero podía manejarlo. Le pedí ayuda con esto solo porque él conocía el terreno..., y también porque Kraken no podía acompañarme.

Yo podía sacarle provecho a la actitud de Aleksei, él demostraba que lo tenía comiendo de la palma de mi mano y no me quejaría al respecto.

Intenté no sonreír. Me estaba convirtiendo una completa perra.

Vi como algo cambió en la mirada de Aleksei desde ayer cuando nos despedimos antes de que yo fuera a mi misión. Hoy lo veía, lo sentía, con un semblante distinto, atento y colaborador. No quería pensar si estaba a mi lado por información, pero de ser así..., no estaría viva si Aleksei hubiese ido de chismoso con el Jefe. Yo estaba buscando la..., herramienta necesaria para poder tener las cartas a mi favor. Con aquella niña en mis manos tenía la mitad del camino resulto.

Traté de que no me afectara en lo absoluto, pero si mi plan fallaba... Le dije a Leeh que borrara cualquier rastro de información, sea de donde sea, absolutamente nadie podía saber que Valentina estaba viva. Y también pedí que averiguara el porqué su hermano no sabía de la existencia de ella. Podría cortarme una teta, y mira que son bonitas, que el Jefe tenía algo que ver con esto.

Fuera de mis pensamientos, Aleksei posó su mano en mi cuello jalandome hacia él para poder besarme y recibí su boca. Sus labios presionaron sobre los míos en un beso dulce, me moví al compás de la música suave que sonaba en la radio.

Me gustaba la nueva sensación. El contacto parcialmente íntimo me estaba empezando a gustar lo suficiente como para querer repetir, la parte física de cualquier ser humano estaba pidiendo un poco de diversión, pero aún no controlaba del todo mis pensamientos, mi rechazo ante eltoque.

Los vellos de mi nuca estaban erizados, y a pesar de que mis labios estaban moviendose, mi mente no parecía querer colaborar al respecto. Al menos no con Aleksei. Sin embargo, tenía que admitir que Aleksei era lo suficientemente listo como para llevarme por un camino calmado, sabiendo qué decir y cómo actuar conmigo. Me entregaba un poder que mi ser demandaba, y, era lo suficientemente guapo como para que me sintiera cómoda a su alrededor.

Contrariada, aún no decidía si me gustaban estos besos: suaves, frágiles, como el dócil oleaje de una baja marea, o si me gustaban más los besos derrochadores de poder, y salvajes, que me dejaban medio boba y tarada.

Mientras seguía el beso, unas preguntas sucias y atrevidas pasaron por mi mente:

Si a estas alturas me gustaba la sensación de un beso, ¿cuánto me va a gustar la sensación de tener sexo?

TraidoresWhere stories live. Discover now