Capítulo I: El inicio de todo

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En una mañana helada de invierno, el rey de los demonios Kibutzuji Muzan se encontraba caminando por el bosque, en una montaña algo alejada de un pueblo. El sol aún no salía del todo porque algunas nubes bloqueaban sus rayos; justo acababa de alimentarse de una familia al otro lado de la montaña y ahora deambulaba por ahí, aunque tras un rato de caminar le pareció familiar el lugar, se dio cuenta de que estaba en los terrenos de finca de la familia (tu apellido), una familia de cazadores que hace mucho tiempo le habían robado la única flor de araña azul que había encontrado y además se habían atrevido a dañarlo, tenía que deshacerse de ellos en ese mismo instante.
Llegó sigilosamente a la entrada de la finca y comenzó su masacre con cada miembro de la familia sin siquiera dejarlos reaccionar. Algunos trataban de defenderse y tratar de pelear pero era simplemente inútil.

Mientras tanto en la casa de la familia central de los (       ) sólo se encontraban el padre y la madre ya que  sus hijos estaban buscando unas cuantas hiervas para la comida. En ese momento se escucho como se abría la puerta y alguien pasaba.

Mamá: Será Hoken y T/n.
Papá: No lo creo es algo pronto. ¿Quién es?
Muzan: Auch.... Eso dolió... ¿Acaso ya no te acuerdas de mi?
Papá/Mamá: -sorprendidos y paralizados.
Muzan: Jure que acabaría con su familia y hoy lo cumpliré -sonrisa sádica.

Los padres se apresuraron a tomar sus armas y atacar, pero ya era tarde para ellos. En cuestión de segundos Kibutsuji ya los tenía acorralados y heridos, antes de poder matarlos una voz lo distrajo.

T/n: Otosan, Okasan ya llegamos.

Hablo la hija mayor mientras entraba a la casa siendo seguida por su pequeño hermano, quedó congelada en su sitio mientras veía a su padre desangrándose en el suelo y a su madre siendo sujetada por el cuello contra la pared.

Madre: Corre...-dijo perdiendo el aliento.

En otro lugar lejos.

El pilar del agua acababa de mandar al joven Kamado con su antiguo sensei, Urokodaki. Se dirigía de regreso a la sede de cazadores, pero recordó que en esa misma montaña vivían los (   ) viejos conocidos suyos ya que era amigo de la hija mayor de la familia central, por lo que decidió ir a visitarlos. Cómo planeaba una visita corta decidió llegar por detrás de las casas para no toparse con los demás familiares y solo llegar a la casa central.
Cuando al fin estaba por llegar vío a T/n afuera junto a su hermano parados unos segundos y luego intentar huir de lo que sea que hubiera en su casa. Tomioka aceleró el paso y vio como algo lastimaba a los dos hermanos para después empujarlos contra un árbol.

T/n tomo la hoz de dentro de su canasta que había llevado para poder tomar las hierbas, usaría una de las posturas de su respiración con la que lastimaria a Muzan, la sangre de este entraría en el cuerpo de Hoken por el rasguño que le hizo en su espalda. T/n no se dio cuenta de eso porque al instante Muzan le rasguño el ojo derecho haciéndola soltar un grito de dolor. Muzan la estaba por volver a atacar cuando Tomioka apareció y la alejó de él.

Muzan los miro con intención de matarlos pero en eso el cielo se empezó a despejar y los rayos de sol lo tocaron. Rápidamente se alejo para huir pero antes de irse grito.

Muzan: Escuchen bien. ¡Ustedes serán devorados por mi y nada ni nadie lo evitará! ¡Terminare con los últimos (     ) aunque sea lo último que haga! -alejándose.

Tomioka lo dejo ir y se acercó a T/n, Hoken ya se veía como demonio pero no estaba atacando a ninguno de los otros, permanecía quieto mientras veía las heridas de su hermana.

Tomioka: Eso es raro, ni siquiera te ve con hambre.

T/n no dijo nada, solo lo cubrió con su haori  y entró a la casa.
Tomioka miro en dirección por dónde Muzan había escapado, aún se veían sus huellas en la nieve pero seguirlo era un suicidio así que aparto la mirada y entro a la casa con los hermanos. Justo en la entrada se veían los cuerpos de los padres de los niños desmembrados en el suelo, no soportaba ver eso, se concentro en buscar a los niños.
Los encontró en la esquina más oscura al final del pasillo justo al lado de las escaleras mientras la mayor cubría al menor con su haori.

Una rosa en peligro. (Kimetsu No Yaiva x Lectora) Where stories live. Discover now