•Capítulo 5• Para avanzar...

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Narra (t/n):

Comencé a contarles sobre la muerte de mis padres y el estado en el que estaban, mi relación con Shoto y finalmente la situación buena que tenía en UA. Al contrario, nadie me temía, sin embargo eran pocos los que sabían directamente que podía controlar ese oxígeno. A pesar de todo, y de que quizás pudiera parecer subrealista, me comprendieron.

Lo que no comprendo es, ¿cómo sabías que no era la que conocías aquí?

—Porque en cuanto te hubiera agarrado me hubieras suplicado que no hiciera nada y te hubieras puesto a llorar. Además, en vez de defenderte, te habrías hecho bola y te hubieras cubierto con miedo. —explicó sin tomarle importancia.

Cuando volviera a mi realidad le daría las gracias a mi Bakugo Katsuki por ser tan atento a todo.

—Entiendo... gracias por creeme. —les sonreí amablemente y al segundo sentí al rubio eléctrico abrazarme.

—¡Debes estar pasándolo horrible aquí con ese cambio tan brusco! —reí ligeramente y correspondí al abrazo.

—Bueno, no tanto ahora. De todas formas... me gustaría pediros un favor. —me separé de Denki para mirarles a los tres. —Ayudar a... bueno, a la que debería de ser yo aquí. Sé que es difícil pero no creo que fuera mala... quiero decir, por lo que me dijisteis, no pretendo hacer daño a nadie así que por favor, ayudarla.

Una idea cruzó mi mente, pensando si era posible y algo en mi interior me dijo que estaba bien. Instinto puro y duro que siempre me había acompañado.

Puse mi mano en el suelo y con cuidado creé una muñeca de plantas igual a Tekubi en su momento, igual a mí también y con cuidado se la di a Denki.

—Dadle esto... no sé bien por qué, pero siento que estará bien. —ellos asintieron sin comprender pero sin hacer preguntas y continuamos comiendo para al acabar dirigirnos a la clase. —Una pregunta... Endeavor es...

—El número uno seguramente.

—Es muy frío y amenazante... no sé mucho sobre la situación que podría tener familiarmente pero no tiene buena relación con Todoroki... —asentí ante las palabras de Kirishima, parecía que eso seguía igual.

Noté cómo al llegar junto a ellos bastantes personas de la clase estaban allí y nos miraron. No tenía ni un rasguño e iba junto a ellos. Shoto se levantó, dejando de lado un segundo sus conversaciones y se acercó con su expresión neutral.

—Había oído que la llevásteis a la azotea.

—¡No es de hombres hacer daño a una mujer!

—Shoto. —pronuncié sin dudar, captando su atención. —No te conviertas en tu padre.

Sin más me dirigí a mi lugar y los otros al suyo, mientras notaba cómo el bicolor apretaba los puños y tensaba su mandíbula escupiendo una maldición.

Quizás había hecho una sentencia de muerte, pero era lo mejor para remarcar que no era la misma. Por si acaso tenía que estar más de lo necesario.

Busqué en mi mochila los cuadernos hasta encontrar un malgastado diario escondido y lo comencé a leer.

Querido diario:

Shoto hoy ha sido algo más brusco de lo habitual, he de admitirlo. Tengo una mordida en el cuello que me costó ocultar con maquillaje y que sangró un poco y bastantes más moratones. Por suerte papá y mamá no se enteraron, siguen creyendo que solo hago entrenamientos muy duros con Endeavor y Shoto. Pero también debo admitir que me lo esperaba, quiero decir, nunca puedo calmarle. Ya no. No puedo calmarle y había discutido con su padre de nuevo.

Estar contigo [Todorokixlectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora