Entre bromas y confesiones

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—¡No fue así! —gritó Anne entre risas— ¡Yo estaba tranquila con mi tarea y tú viniste a molestar!

—¡Quería atención! —se quejó Gilbert alzando los brazos— Eras la única niña que no se fijaba en mi.

Anne trató de contener la risa. Era cierto, cada chica de la escuela dejaba su atención en Gilbert al menos una vez al día, excepto ella.

—Pues no eras la gran cosa, Blythe —se defendió Anne cruzándose de brazos sobre la cama. Él le lanzó un cojín y ella se lo devolvió con rapidez y sin una pizca de delicadeza, haciendo que impactara directo contra su rostro. Ambos rieron.

—¿¡Por qué siempre me golpeas la cara!? —preguntó con diversión, tocando su mejilla.

—Mírale el lado positivo, esta vez fue la otra mejilla, ¡ahora tu cara se deformará de ambos lados! —volvió a reír. Su amistad se basaba en eso, risas hacia el otro sabiendo que iban con total cariño. Eso volvía la relación más peculiar. Ninguno de los dos pasaba el tiempo de manera similar con nadie más.

—No juegues con fuego, Shirley —Gilbert se abalanzó sobre ella en la cama y comenzó a hacerle "cosquillas"— ¡Retráctate! —pidió, riéndose al ver el dramatismo de su amiga cuando apenas la tocaba para que largara escasas carcajadas.

—¡En tus sueños! —hizo un solo movimiento y el pelinegro casi cayó al suelo. Su cara se desconcertó de una forma tan graciosa que provocó mayor risa en la chica.

—Cobraré V-E-N-G-A-N-Z-A —deletreó levantándose y caminando por la habitación.

—No te lo P-E-R-M-I-T-I-R-E —aseguró Anne con total confianza en sus palabras.

—Veo que aprendes a deletrear palabras más largas —comentó divertido.

—Siempre gano —recordó con altanería.

Gilbert negó efusivamente al acordarse de aquel momento.

—Pequeño Gilbert te dejó ganar —aceptó—, para... no ser cruel.

—"Decisión" es con CS, no SC —comenzó a nombrar cada una de las veces en las que Gilbert se había equivocado— "Anticipo" no tiene tilde, "Anticipó" sí, además de que no era obligación aclararlo; y olvidaste una S en "Subconsciente".

Gilbert la miró con sorpresa, ni él recordaba todo eso.

—Tienes tiempo para pensar en mi, ¿eh? —jugó con sus cejas para molestarla.

—No hagas eso —dijo ella de forma amenazadora, señalándolo con un dedo.

—¿Qué cosa? —fingió no entender las palabras de Anne.

—¡Utilizar tus cejas como encanto! —exclamó con obviedad— Sabes que es tu arma secreta ante todo, es tu marca, y crees que con venir aquí y mirarme así lograrás que caiga a tus pies igual que el resto y yo... yo... —Anne tomó aire— no te daré ese placer.

—Creo que caíste a mis pies hace tiempo —comentó acercándose de nuevo, haciendo que ella caminara unos buenos pasos hacia atrás hasta chocar con la pared.

—O quizás ese fuiste tú —mantuvo la mirada fingiendo seguridad. Gilbert asintió con una sonrisa de costado.

—Ahí estás en lo cierto —se encogió de hombros—. Por meses me gustaste y ni siquiera te paraste a darme la hora.

Anne quedó petrificada un momento. Aún no digería bien el hecho de que Gilbert Blythe se había sentido atraído hacia ella, ¡hacia Anne!

—Lo lamento, no suelo usar relojes —comentó para salir del tema.

—Pero sí sueles dar vuelta las charlas —rió mirando al piso.

—No hice eso —se defendió Anne cruzándose de brazos y sosteniendo la mirada sin despegarse de la pared—. Tú lo hiciste.

Gilbert se confundió. No había hecho nada.

—En realidad... —fue dando pasos lentos, con suspenso, hasta romper un poco más de la distancia que los separaba, y suspiró— hay muchas cosas que quisiera haber hecho...

El corazón de Anne comenzó a palpitar con fuerza y su cuerpo se tensó al tenerlo a tan pocos centimetros de lejanía. Desde allí podía sentir a la perfección el aroma tan característico de Gilbert.

—Ah... ¿sí? y... hum... ¿Qué cosas? —comenzó a balbucear mirándole los labios. Estar solos en su habitacion, luego de una de las típicas "discusiones" de superioridad, y tenerlo tan cerca mientras escuchaba el tono de su voz cuando la tornaba de suspenso y seguridad no eran buenos síntomas para su razón.

—Tirarme de un paracaídas, nadar en aguas heladas —comenzo a enumerar—, haberle dicho ciertas palabras al Señor Phillips, golpear más fuerte a Billy el día que me habló mal de ti —apoyó una mano en la pared, justo al lado de la cabeza de Anne, observándo instintivamente sus ojos y su boca—, y más cosas.

Ella se removió en su lugar, abrazándose a si misma, y pensando en las demás cosas que Gilbert no había dicho.

—Todavía tienes tiempo para hacer todo eso —susurró con la poca respiración que le quedaba. Miró a sus pies y notó con mayor énfasis lo cerca que se encontraban.

Gilbert asintió dejando una mano en la mejilla de su amiga, acariciándole la piel, y reencontrandose con sus ojos al levantar la vista. Ninguno cayó en la cuenta de nada cuando sus rostros casi chocaban, mucho menos en el momento que (años después) al fin se besaban.

Sólo fue aquella electricidad que los recorrió lo que ayudó a entender un poco las cosas. Gilbert sintió las manos de Anne temblar alrededor de su nuca por el nerviosismo y no pudo oprimir una risa, que ella misma cayó con sus labios. ¿Eso lo había sorprendido? sí. ¿Se arrepentía? para nada.

Quizás la separación fue la peor parte, tal vez porque en ese momento el balde de agua fría cayó sobre ambos.

—Yo... —Gilbert suspiró al escuchar a Anne balbucear y se alejó unos pasos. ¿La habían cagado?— No lo lamento —admitió con cierto temor en sus ojos, sorprendiendo al chico que sonrió—. Es decir, si tú no lo lamentas yo tampoco. No lo sé, ¿debería sonar extraño eso? Seguro te confunda y a mi también. Me refiero a que... ¡Nos acabamos de besar! —la pelirroja cayó en la cuenta de aquello y comenzó a caminar de un lado al otro en la habitación, moviendo sus manos y pensando en voz alta. Gilbert, mientras tanto, se cruzaba de brazos y seguía a la chica con la mirada en lo que su confusión no cesaba— ¿Entiendes eso? ¿Qué significa? Tú, yo, nosotros. Somos amigos, ¿qué amigos?, ¡Mejores amigos! Y de pronto vienes y me recuerdas lo que sentías, comienzas a actuar así... tan... ¡Tú!, haciendo que me debilite y pierda los sentidos hasta que de repente te tengo besándome ¡Y no hago nada para evitarlo! Pero para este momento ya no sé qué decir y no quiero callarme, porque si me callo tú hablarás o ninguno lo hará, por lo que terminaremos mirándonos y después de esto no podré mirarte sin querer besarte de nuevo. Maldita sea, Gilbert.

Él sólo se acercó y tomó sus manos, haciéndola temblar al mirarla directo a los ojos.

—Mentí —lanzó sin más, siendo ahora Anne la sorprendida—. Nunca dejaste de gustarme, y una parte de mí siempre tuvo la esperanza de poder besarte —rió—. ¿Sabes? Cada vez que lo pensaba te imaginaba diciéndome todo eso que acabas de decirme, y sé que ahora yo comenzaré a hablar mucho porque tampoco sé cómo seguir. Tal vez por primera vez no quiero que nos miremos hasta que decidas huir, así que simpl...

Anne rodó los ojos y lo tomó por la camisa, decidida a besarlo de nuevo. Después de todo, si le gustaba un chico, ¿por qué debía esperar que él tomara la iniciativa cuando ella venía ocultando por años las ganas de estar juntos?

ꕥONE-SHOTS SHIRBERTꕥ  [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora