3- something... different.

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Hoy no he llegado tarde a clases, me siento orgullosa de mí misma. De hecho, llegué un poco más temprano así que pude aprovechar y leer un poco antes de que el timbre sonara y entren mis compañeros de clases, entre ellos, mis escandalosos amigos.

—Suni, ¿Esta vez sí irás a la fiesta del viernes, verdad? —pregunta Jae, tomando de la bebida de Taehyung —Dicen que va a estar buenísima, aparte, hemos escuchado decir al mismísimo Namjoon que irá, y sabes que si va él, entonces también irá Jimin. ¡Suni, es nuestra oportunidad!

Namjoon, ese chico, me ha gustado desde siempre, es tan inteligente, amable, es como un dios griego y me encanta mirarle mientras juega fútbol con sus amigos, es el presidente de la clase y también el capitán del equipo. Es bastante conocido entre los alumnos y los maestros.

Pocas son las veces que hemos hablado, sólo para una que otra cosa, pero puedo decir que tiene una voz tan dulce que escucharla es como ir al cielo y volver. También tiene unos hoyuelos tan divinos que me hace querer apachurrarlo toda la vida.

—Tierra llamando a Suni... —Jae canturrea cerca de mi rostro, doy un pequeño brinco debido al golpe que me ha propinado— ¿Me has escuchado?

—Eh... algo —muerdo la punta de mi lápiz —. Lo siento, me he perdido pensando en Namjoon

—Entonces lo has llamado con el pensamiento, porque viene entrando —señala hacia la puerta.

Y así es, justo en ese instante entra Namjoon seguido de Seokjin y atrás, Jimin.

—Está tan hermoso hoy —hablo, sonando como toda una soñadora.

— Sí, ¿pero ya viste a Jimin? —Jae pregunta y sé que tiene intenciones de pararse a saludarle, pero le detengo.  Justamente en ese momento la señora Oh entra en el salon lista para impartir su clase.

Las horas han transcurrido lentas, pero hasta ahora no me puedo quejar, he aprovechado cada hora de cada clase y me siento productiva. Así que satisfecha llevo un bocado de comida a mi boca.

La cafetería está repleta de estudiantes hambrientos y bulliciosos, y aunque me cueste un poco admitirlo, la verdad es que extrañaba un poco este ambiente. Mi comida está extremadamente deliciosa, esta es otra cosa que también extrañaba, sólo que a diferencia de lo antes mencionado, eso no me cuesta admitirlo.

Una vez que termino mi almuerzo, me levanto de la mesa dejando a mis amigos solos por un rato en lo que dejo la bandeja en su lugar, pero entonces un hombro choca contra el mío haciendo que todo el contenido de esta caiga al suelo, no siendo esto suficiente, también siento un líquido caliente correr por mi pecho.

—¡Oh no! ¡Dios! Lo siento tanto, es que no te vi —escucho decir a Hye, con su estúpido tono de lástima fingida, se cubre la boca con sus manos para ocultar su sonrisa.

Ah, Hye. No la tolero, y sé que ella tampoco a mí, se divierte molestándome, es como un pasatiempo para ella. Suelo ignorarla la mayoría del tiempo, pues tampoco es que sea muy buena para defenderme a mí misma y en su lugar, siempre han sido mis amigos los que intervienen cuando alguien intenta meterse conmigo, quien la mayoría del tiempo resulta ser Hye. Sé que le fascina ver como tienen que venir mis amigos a socorrerme.

Pero esta vez es diferente, la rabia que abunda en mí es más que suficiente para enfrentarla, ni siquiera me importan todas las miradas que hay en mí.

Tomo el valor que necesito y cuando está a punto de girarse con su sonrisa victoriosa, arrebato el vaso con el resto de bebida que queda en su mano y a continuación la derramo en su ropa, la cara que hace me resulta tan graciosa que ni siquiera disimulo en reír

Director » jjk ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora