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❝Aunque el tiempo pase, los sentimientos jamás se irán.❞
Paso a paso, Horacio llega a algo muy grande. Pero antes de llegar a la cima, siempre habrán muchos tropiezos, el amor, la amistad y la muerte. Para llegar arr...
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ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『¿Y bien?』─Preguntó el superintendente, en su sitio mientras los menores permanecían sentados al frente.
ᵍᵘˢᵗᵃᵇᵒ- ─『Voy a hablar, si con eso nos deja ir. Horacio tiene sueño.』─Contestó Gustabo, levantándose de su lugar y cubriendo al menor que luchaba por seguir con los ojos abiertos y enterarse de lo que hablaban.
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『Ajá.』─
Conway seguía analizando la situación, en poco tiempo se dio cuenta de una cosa: Gustabo se mantenía pegado como pulga a Horacio y lo atendía en lo que necesitara, desde limpiarle la comida del rostro, hasta acompañarlo al baño y cubrirlo del frío, incluso estaba más tranquilo y dispuesto a hablar, exponía peligrosamente a Horacio, era su debilidad.
ᵍᵘˢᵗᵃᵇᵒ- ─『¿Qué quieres saber?』─Preguntó el castaño, mirando de forma neutra, sólo en color azul.
Horacio sucumbió al sueño al instante, la silla era realmente cómoda.
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『¿Qué hacías con una puta bolsita de droga encima?』─
ᵍᵘˢᵗᵃᵇᵒ- ─『¿Qué más?, vender tacos.』─Contestó sarcástico.─『Vender droga, si preguntas “¿Para qué?”, es porque no soy mayor de edad para tener trabajo y esa basura es lo único que puedo hacer para obtener algo de dinero.』─
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『Ajá.』─Respondió seco Conway.─『¿Y el proveedor?』─
ᵍᵘˢᵗᵃᵇᵒ- ─『Ni idea.』─Respondió de vuelta Gustabo.─『Me daba un poco un amigo para ayudarme, ahora mismo nuestra amistad se fue a la mierda por culpa de usted, ya me tienen fichado.』─
ᶜᵒⁿʷᵃʸ- ─『Para tener sólo 10, eres consciente de muchas cosas Gustabín, ¿qué te hicieron?』─Preguntó, viéndole fijamente, notó los ojos azules afligirse un poco, pero luego volvieron a afilarse, armando una falsa coraza para permanecer fuerte. Algo realmente duro a los ojos de Jack, sólo eran dos críos sin padres intentando sobrevivir, pero el mayor de ellos dos se desvío de camino.
ᵍᵘˢᵗᵃᵇᵒ- ─『Nada, lo usual, no me querían mis padres, ni tampoco a Horacio lo querían los suyos. Él es mi única familia, por eso yo me encargo de todo. Déjeme irme, ya no venderé mierdas raras, pero en serio, déjeme irme.』─Fingía realmente bien, pero no ante Conway, leía perfectamente que quería algo.
Dejando de lado el cigarrillo, el superintendente se levantó de su lugar y se acercó a Gustabo, el menor se puso nervioso, quedándose tieso en la silla. Sin más el azabache pasó su mano por los cabellos castaños, dándole mimos y un silencioso “deja de fingir, ya te atrapé”
Y era eso, Gustabo internamente sentía envidia y dolor hacia las familias, encontró la suya en Horacio y cuando este quería algo como “papá” o “mamá”, le dolía, sentía que iba a ser abandonado en algún momento por uno de ellos, no era suficiente como hermano y lo tenía bien claro, así que manipulaba y mentía descaradamente para alejarlo de todos. Algo cálido que no sentía hace mucho tiempo comenzó a bajar por sus mejillas rojas.
