campeón de un sueño lejano

capitulo 11

Capítulo 11: ¡A Italia!

Soñando. Shirou había estado soñando.

Un sentimiento nostálgico brotó de él ante ese pensamiento. Una extraña sensación desconectada de cualquier recuerdo. Sacudió la cabeza. "¿Son estos ... los recuerdos de Archer?"

Destellos de una espadachina con cabello dorado llenaron su mente mientras trataba de recordar el sueño.

En respuesta, surgió una sensación de familiaridad, asombro y determinación. Ante las emociones espontáneas, Shirou frunció el ceño.

Conocerla al final de su vida, habiendo perseguido un ideal que nunca se haría realidad.

ERROR. USUARIO INVALIDO. DATOS CORRUPTOS DETECTADOS. RECARGAR MEMORIAS ACUMULADAS

Pavor, esperanza, aceptación, negación. Este era él, no era él, había sido él, nunca sería él ...

Shirou se tambaleó fuera de su cama. "¿Qué?"

El mundo pareció girar en su fin. La visión de Shirou se volvió borrosa. Sus oídos se llenaron de estática áspera, y su cuerpo se sentía como si ardiera por dentro, lleno de acero líquido.

Pánico, preocupación, confusión. Se tambaleó hacia la puerta.

Los recuerdos de un camino que 'él' había tomado en otra línea de tiempo llenaban su mente con cada paso.

Shirou apretó los dientes. "¡Ese ... no soy ... yo!"

Sus piernas le fallaron, toda sensación en su cuerpo se cortó en un instante, dejándolo en una oscuridad entumecida.

Uno normalmente sentiría miedo por esto, pero Shirou en cambio sintió ira. Algo o alguien estaba tratando de cambiarlo. Para borrar los recuerdos de su pasado. Trató de borrar los recuerdos de la vida y el sacrificio que hizo. De los que creó un milagro para salvar.

Shirou no lo permitiría.

Estático.

Caray, estás realmente desesperado, ¿no es así Shirou?

Estático.

Sí, definitivamente un idiota. Pero ... eso es lo que amo de ti, Shirou.

Estático.

Solo ... prométeme que volverás si se vuelve demasiado peligroso.

Shirou apretó los dientes, aferrándose con fuerza a esas escenas que se desvanecían.

Determinación. Él estaba decidido. Incluso si nunca se volvieran a ver, se negó a dejar pasar esos tiempos.

"-¡señor!"

Un sonido de algún lugar lejano. Una voz a la deriva hacia él como si fueran mundos separados. En la vorágine que intentaba borrarlo, sirvió de ancla.

"-¡rou! ... ¿me escuchas? No puedo ... entonces yo ..."

Quién era, qué era ahora. Ya no podía protegerlos. Esa vida que tenía había terminado. Al mismo tiempo, no fue él quien persiguió el ideal de salvar a todos hasta el final. La razón fue ... este cuerpo fue hecho para-

Una suave sensación contra sus labios, seguida de un calor que se extendió por todo su cuerpo. La realidad volvió a la claridad. Cuando lo hizo, se dio cuenta de que había alguien frente a él.

Una joven que se había jurado a él, le confió su vida. Alguien que tercamente permaneció a su lado en la última batalla cuando sabía que la muerte era más que una posibilidad.