Un Día de Descanso

140 2 0
                                    

Autor: Desconocido 

El mundo no amanece solo porque un ligero claro de sol se asoma travieso entre las cortinas de la ventana al balcón de nuestro cuarto, ni porque los pájaros en su trinar anuncian el inicio de un nuevo día... no, el mundo amanece porque al abrir los ojos vuelvo a descubrirme prisionera de tu abrazo, porque aún puedo sentir tu aliento tibio acariciando la parte de atrás de mi cuello, porque tus brazos aprietan mi cintura como evitando un abandono mientras duermes que bien sabes, no sucederá, pero igual tomas precauciones. Una tenue brisa primaveral acude hasta mi para despeinarme el flequillo e invadirme con su frescura matinal, pronto la luz inundará con su brillantes la recámara y no habrá más que abandonar las sábanas para cumplir nuestros deberes.

Cuidadosamente giro sobre mi costado para observarte dormir, tan calma y tiernamente con tus cabellos distendidos sobre las delgadas telas que cubren la almohada y tu cuerpo desnudo, ese fatuo templo que me conduce por un sendero de inexplicable felicidad y adictivas sensaciones, y vuelvo a mirarte para evitar el deseo de acariciar tus mejillas, no quisiera despertarte aún pero siento la impetuosa necesidad de apartarte del encanto de Morfeo, él es ahora quien te retiene lejos de mis sueños más reales pero sé que, infaliblemente, pronto tu mirada cazadora me asechará para robar de nuevo el alma que sabes, te pertenece por siempre. Humedeces tus labios en un acto inconsciente, les permites entreabrirse para dejar fluir el aire dentro de ti donde yo quiero estar, pero me asalta el renovado deseo de besarlos y robar por medio de ellos el aliento que hace algunas horas me arrebataste, mientras me amabas con desenfreno; y siento tu mano aprisionar mis caderas acercando tu rostro para camuflarte con la piel de mi pecho, encorvándote en el arco casual que forman mis curvas.

Te miro y no caigo de mi propio asombro, la incredibilidad me encoge lo sentidos pues aún no entiendo cómo es que has decidido corresponderme en el inmenso amor que te tengo, eres tan tú que simplemente no puedo dejar de venerarte, amo cada lunar de tu piel morena y el brillo que los cubre luego de amar, amo la delicadeza angelical con la que tallas cada rincón de mi ser con la delgadez de tus manos, capaces de apartarme de la realidad que nos rodea solo con agitarlas al hablar, amo la fragancia que se desprende de tu cuerpo acudiendo a mi tan solo para hacerme perder la razón, y sobretodo, amo el sabor de tu alma cuando saboreo los besos de tu piel y tu corazón. No puedo negar cuán posesiva me he convertido desde que estás conmigo, si hasta soy capaz de celarte de mi misma, y me asomo divertida bajo las sábanas para toparme con la mejor vista que alguna vez mis ojos observaron, permitiéndome entrever el deseo que comienza a llenar mi completa existencia de un agradable calor, incapaz de resistirme arrastro mi mano sobre la tersa piel de tu espalda para regresar luego al lugar donde nace, y muere mi cordura en su totalidad... con un beso húmedo entreabro tus labios en un intento más para traerte de regreso a mi vida, siento entonces un suave gemido y tu mano recobra fuerzas para sujetarme con firmeza, despiertas mientras yo sueño con amarte de nuevo... alejo mi boca de tu boca para disfrutar la sonrisa que dibujas en tu rostro, por y tan solo para mi; emites otro gemido al tiempo en que te aferras a mi cuerpo aún con los ojos cerrados, y acaricio tus cabellos envolviéndote en otro abrazo, beso tu cabeza ligeramente... un "Te amo" que susurra mi alma al revivir en una sonrisa lo que día tras día me haces sentir.

Suavemente haces girar mi cuerpo para recostar tus pensamientos sobre mi pecho y me sujetas con fuerza, tus dedos dibujan sobre mi vientre espirales y otra vez te deseo, con vehemencia y desesperación como siempre ocurre aunque quiera evitarlo, no tienes que decirlo puedo verlo en tus ojos, no deseas salir de la cama persiguiendo mis propios pensamientos, me observas profundamente leyendo mi alma a través de mis ojos, sonrío y entonces te acomodas sobre mi cuerpo para iniciar ese divino rito que me balancea entre lo real y lo incierto, ese mundo al que me llevas bañando mi cuerpo de besos y mi alma de caricias, rompes el beso para mirarme frustrada, llevo mis manos hasta tus caderas para poder sentirte por completo mía, acaricias mis labios con la yema de tus dedos, me siento fuerte al ver el modo en que te asalta el deseo de tenerme, relames tus labios como queriendo retener el sabor de los míos, escondo un mechón de cabello negro tras tus orejas: "Te amo tanto..." me dices con un dejo de tristeza mientras se me ocurre pensar que por más que intento pensar no puedo hacerlo, pues ya me tienes fuera de mi misma.

Fics TatuWhere stories live. Discover now