Quizás

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Autor: desconocido

La sacudida del aterrizaje me apartó del incómodo descanso que después de algunas horas de insistencia había conseguido, despertando mucho más cansada que antes y sintiendo poco a poco la sofocación que regresar a Moscú me producía; había partido de mi tierra con impulsivos veinte años y regresaba ahora con responsables veinticinco, talvez para el común de la gente no era mucho tiempo, para mi, había sido toda una vida. Me marché una mañana de primavera, con el corazón en pedazos, la esperanza herida y la certeza del pensamiento de sobrevivir o padecer en el derrumbe de mi vida... no fue fácil tomar aquella decisión.

Nunca me consideré una persona especial, pero hubo algún tiempo en que me sentí dichosamente afortunada, en ocasiones llegaba a sentir que de algún modo no merecía la generosa felicidad que abrazaba mi vida, no me creía nunca despierta del sueño de tenerlo todo sin entregar nada a cambio, pues involuntariamente había aprendido muy bien mis lecciones, y sabía que nada dura para siempre. No era una brillante académica tampoco, de hecho a duras penas había conseguido terminar la preparatoria, y si bien tenía intenciones de continuar una carrera profesional, pienso que estaba demasiado cómoda con mi vida como para esforzarme aún un poco más; pero contrario a esto era ambiciosa, desde temprana edad estaba acostumbrada a trabajar, en un principio por necesidad y luego por gusto, tener mi propio dinero y no necesitar de mis padres, era algo que sencillamente no tenía comparación, me hacía sentir en verdad orgullosa. Como persona, había días en que no dejaba de odiarme o reprocharme descuidos e indiscreciones, solía meterme en líos muy seguido entre los 16 y los 18 años, llegué a un punto crucial en que ya no hacían falta los sermones de mis padres, pues la mano más dura era la mía, el auto castigo se había convertido en el remedio más eficiente, y quizás también por una cuestión de absurdo orgullo, solo pedía ayuda cuando la soga apretaba demasiado.

En ocasiones también era infantil, en la medida justa en que no se perdiera ni la elocuencia ni la razón, pues así como a veces era inmadura también podía tomar mis asuntos con responsable seriedad, talvez muchos de ustedes conozcan de cerca la transformación que se sufre cuando debido a ciertos sucesos, las perspectivas cambian y se valora mucho más el sacrificio y el esfuerzo diario de los padres; sin embargo, había días en mi vida en que deseaba profundamente ser una chica corriente como todas las demás, que no se preocupara por los impuestos o el horario de ingreso al trabajo, sino más bien por el escandaloso atuendo del fin de semana o la nueva cartera de maquillajes que a todas alteraban de sobremanera, pero aún así, nunca me arrepentí de mis acciones, pues esto fue para mi el punte que en la adolescencia me ayudó a cruzar el gran océano de la indecisión, formándome como persona, aunque claro está, en el proceso quedaron incontables noches de insomnio y silencioso llanto.

Respecto a mi sexualidad, pues si bien coincido en que la aceptación y el entendimiento no son sencillos, tampoco tuve demasiados problemas a la hora de escoger el camino que daría rumbo final a mi vida; ésta elección se llevó de mi lado muchas personas que hasta cierto punto me provocaban grandes afectos, como también las costumbres cambiaron y el pensamiento cobró nuevas formas, no diré que ha sido sencillo aunque quien me conoce piense lo contrario, pues siempre he dicho que es más difícil aceptarse una misma y convivir con ello, que enfrentarse al mundo con el estigma de la homosexualidad, porque para el mundo no es una cuestión de entendimiento sino de aceptación, y para nosotras son ambos verbos los que deben coexistir para no enloquecer. He aprendido que el amor y el desamor, no son sentimientos que discriminen a gusto, a todos nos ha tocado amar y sufrir por ello, ni importa si es una chica o un chico quien te roba el sueño, sufres de igual manera y del mismo modo sientes que no habrá un "después de"; pero también he aprendido más allá de los proverbios, que ciertamente el sol sale cada mañana aunque el cielo amanezca nublado.

Fics TatuWhere stories live. Discover now