Día 5: Estaciones del año.

884 91 40
                                    

"Se casaron en otoño. El clima era ideal, pues no era muy cálido, como en México, pero tampoco era frío, como en Rusia. Muy al contrario, los días en otoño eran una fusión cómoda entre los dos climas…"

Había ocasiones en las que México era muy convincente, llegando a ser hasta amenazador si no conseguía lo que quería.

A Rusia no le molestaba, de hecho, su optimismo y su perseverancia eran ejemplos de las muchas cosas que le encantaban de su ahora esposo.

Pero su opinión cambiaba en cuanto el mexicano se aprovechaba de su don para manipular también a su novio, y eso definitivamente no le gustaba. Un ejemplo claro era ese momento, el ruso se cuestionaba el porqué de sus acciones mientras que el mexicano cantaba a todo pulmón.

Su reciente cónyuge había llegado con sus letales ojitos adorables, diciéndole que tenía muchas ganas de jugar a la "víbora víbora de la mar"; al principio Rusia se negó, pues era algo peligroso considerando las dos alturas tan diferentes de la pareja, pero México no se rindió, alegando que le faltaba un toque mexicano a la boda, y que se sentiría muy feliz si pudiera jugar con sus hermanos, porque hacía muchísimo tiempo que no lo hacía. Ante eso, Rusia cedió.

Colocaron dos sillas, hasta procurando que una fuese más pequeña para el enorme de Rusia y así pudiesen estar más nivelados. Una vez estuvo todo acomodado, la pareja se subió a los muebles de madera, mirándose a los ojos con una sonrisa divertida.

Se tomaron de las manos y elevaron sus brazos, creando un estrecho puente entre sus cuerpos, por el cual tenían que pasar los demás países.

A lo mejor otra nación pudo darse cuenta del error que estaban cometiendo, pero no tenían tiempo de decirlo, todos estaban muy ocupados formando la fila para que el juego comenzara.

México y algunos de sus hermanos cantaban a todo pulmón la curiosa canción de aquel juego, mientras que Rusia solo le seguía la corriente a su pareja, pues le encantaba verlo feliz, además de que era divertido ver pasar a las personas.

Todo era risa y diversión en aquel momento, todos los invitados así como los casados disfrutaban del ameno instante que estaban teniendo.

En algunas ocasiones, al bajar los brazos de los esposos eran ligeramente jalados por la fuerza de impulso que tenía la cola de países, aunque cuando pasaba eso, solo se reían, pero eso definitivamente iba a terminar mal.

Pasaron jugueteando mucho rato. Habían decidido que esa era la última ronda y aunque la fila había disminuido, aún eran muchos los países que buscaban pasar entre el estrecho espacio de los recién casados.

Le estaban echando muchas ganas a la jugada, corriendo con más velocidad en lo que se terminaba la canción, pues nadie quería terminar elegido por los potentes brazos de la pareja.

Así pues, mientras Rusia y México cantaban alegremente y veían a quién iban a elegir en esa ocasión, los otros países le metían más impulso y rapidez a su andar para justamente evitar ser seleccionados.

La canción había terminado, y justamente estaban bajando los brazos cuando fueron bruscamente jalados por la potencia de la fila en movimiento, logrando llevarse a los esposos entre ellos. Muchos se cayeron, otros se tropezaron y algunos más lograron salir ilesos, pero al final todos terminaron riendo.

RusMex Week.Where stories live. Discover now