1. Mimos después del sexo

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"Shhh... solo un poco más"

Si a Minhyuk le decían hace tres meses que algún día iba a estar sentado sobre el regazo de un dominante más jóven que él, teniendo uno de los mejores sexos de su vida, probablemente se hubiera reído por un largo rato, pues le parecía el escenario más estúpido que había oído.

Sin embargo, eso era exactamente lo que estaba ocurriendo.

Hyungwon lo tenía bien agarrado de la cintura, y sus dedos se enterraban con fuerza en su piel, dejando marcas rojizas debido a la fuerza que aplicaba. Minhyuk mecía sus caderas con lentitud, torturando al de abajo y disfrutando como el agarre se intensificaba cada vez que sus paredes se apretaban alrededor del pene ajeno. Este último tenía los ojos cubiertos con una suave pero gruesa tela roja que le impedía ver la imagen tan erótica del hombre sobre él. La mandíbula visiblemente tensa, que se negaba a liberar los ruidos obscenos que tanto quería escuchar el pelirrojo.

Wonnie~ –canturreó Minhyuk en un gemido airoso, él no se estaba conteniendo para nada. Se acercó, casi acostándose sobre él, sus movimientos pélvicos no se detuvieron ni un segundo. Una de sus grandes manos se posó sobre la garganta contraria sin aplicar fuerza y pudo sentir como el rubio platinado tragó con dificultad –. ¿Por qué no me dejas escucharte? Sé un buen chico para mí, vamos –pronunció en un puchero. Sus dedos se cerraron sobre el delgado cuello y la boca tan tensa de gruesos labios se abrió para liberar un ronco jadeo, pero al contrario de lo que el mayor le había pedido, recibió una contestación muy simple.

–Creo que ya te divertiste mucho –escuchó decir a la voz ronca y entrecortada de su amante. Acto seguido, Hyungwon los volteó, sin salir de su interior y la cabeza de Minhyuk golpeó el colchón con fuerza, causándole un gemido alto. El movimiento había golpeado con fuerza su ya sensible próstata. El más alto levantó una mano para retirar la tela de sus ojos, pero lo retuvieron desde el codo.

–Tenemos un trato, ¿realmente quieres quitarte la venda? –preguntó Minhyuk, en un tono condescendiente falto de aire. Le estaba dando una segunda oportunidad de pensar sus actos, aunque era obvio que Hyungwon no lo iba a tener en cuenta. Tratar con otro dominante era incluso peor que tener a un brat de sumiso.

–No me subestimes, bebé –replicó con una media sonrisa, y liberó su visión finalmente, arrojando la cinta roja a cualquier parte de la habitación.

Tomó los brazos del pelirrojo y los sostuvo sobre su cabeza desde las muñecas a lo que el de abajo contestó con un gruñido descontento, que quedó en el olvido en el momento que las caderas de Hyungwon empezaron a arremeter sin piedad contra Minhyuk, pero ahora era este último quien se negaba a emitir sonidos.

Aw, ¿en serio te vas a callar solo por que me quité la venda? –preguntó el alto, cerca de su oído. Besó su oreja, su barbilla y luego descendió por su cuello, sintiendo la vibración de sus cuerdas vocales que rogaban liberar sus gemidos. Sonrió inconscientemente y dejó una mordida superficial –. Dejarme seguir oyéndote, Minnie, vamos –rogó, su tono de burla aún más intensificado.

El pelirrojo miró bien a su amante. El platinado cabello se le pegaba a la frente, de casualidad no le tapaba los ojos, una cadena con una cruz colgaba de su cuello. Recuerda bien haber intentado tirar de ella una vez y solo se ganó un buen golpe en la mano y una mordida en el cuello. Mantenía muy bien su fachada estoica, fría y calculadora, sabía el momento justo cuando devolverle la burla. Hyungwon era muy callado, se limitaba a dar órdenes (en este caso, inútiles) de vez en cuando, pero aún no comprendía que Minhyuk era un experto en ignorar a las personas y hacer lo que quería, y en contraparte Minhyuk no podía predecir el momento en el que Hyungwon le robaba el mando. Eran pocas las veces que lograba mantenerlo a raya.

30 Days of Smut (Hyunghyuk)Where stories live. Discover now