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Morfeo hizo un buen trabajo, descanse como un bebé a excepción por todas las veces que desperté para ir al baño a orinar pero después todo bien como me acuesto duermo, pero no puedo dejar pasar por alto a mi omega quien no se ha movido de su lugar.
Taehyung por su cuenta se mudo en el sofá que tenía en la pieza durmió con los brazos cruzados aparentando estar alerta ante cualquier sucedo, realmente no me moleste con él nada más quise asimilar lo sucedido.
Y sé que no fue su deseo que ocurriera esto (Cap.10) si no que fue la mía, más bien la de mi lobo nuestros destino es este.
La diosa luna no se equivoca.
Con esto doy por cumplido mi promesa y mi lealtad a la diosa luna para redimir aquellos actos imperdonables hechos por los alfas hacia todos los omegas por incontables años.
Mi lobo aquella noche pidió un deseo a cambio debía cumplir su promesa para estar a la altura de mi omega.
Si quería al hijo de la diosa luna debía mostrar mi completa sumisión, agachar la cabeza ante la realeza así lo hice, así lo hare cuantas veces sea necesario.
Ahora lo comprendo, tal vez por ello yo no pude pronunciar palabra alguna cuando me lo confeso no era culpa de mi omega, fui yo quien lo reclamo como mío, fui yo quien suplico a la madre luna por su amor a cambio yo debía poner de mí para poder llevarse a cabo.
Tenia que dar tributo por su amor y su lealtad.
Y así lo voy a hacer.
Hasta ahora que volví a soñar lo de aquella vez reconozco por completo mi naturaleza, nuestra forma de ser no será fácil pero tampoco difícil.
¿Pero cómo aceptar esto?
Son ¡Dos! No uno, son dos cachorros.
Aun no tengo ni mes de gestar y ya creo que se me va a desbaratar el cuerpo entero siento cansancio ahora entiendo por qué duermo tan bien y mis cambios de humor son tan febriles, debí imaginármelo.
—Ya no puedo más—murmure con los ojos cerrados a fuerza.
Son las 4 a.m. Ya no puedo pegar el ojo mi cuerpo siente que está completamente recargado, mi omega aún está dormitando lo veo incomodo pero no pienso despertarlo.
Si Taehyung me escucha hablar nuevamente vendría como perrito necesitado de cariño para dormir conmigo, a decir verdad su olor aún me es repulsivo.
—Lo siento omega—dije con un mohín en los labios—. Entonces era por esto que no podía sentirte tan cerca de mí.
No aguantaría las ganas de devolver si lo tengo entre mis brazos o al menos lo suficientemente cerca como para oler su aroma, se que vendría rápidamente la comida no me gusta es horrible sentir la acidez en la garganta.
