Capítulo 7

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Después de haberle hecho la cena a mi hermano, he tenido que subir a su habitación y limpiarla. Cosa que me ha dado muchísimo asco. Está la ropa sucia por toda superficie plana junto a restos de comida mohosa o pasada. Realmente es asqueroso como mi hermano puede vivir aquí sin morir por infecciones. Debe ser el gen lobuno, que lo hace inmune a su idiotez por no limpiar el cuarto.

—¡Esclava! —Exclama Paul desde el salón, y ruedo los ojos para bajar y ver que quiere mi hermano. Al final, el plan para que no me castigue es que sería su esclava durante una semana, limpiaría su cuarto durante un mes y le haría la comida siempre que quisiera. Obviamente he salido perdiendo. —Tráeme otro refresco.

—¿No puedes levantar tu culo peludo y cogerla tú? —Pregunto al ver su cuerpo repantingado en el sofá. Paul me mira y agarra el mando de la televisión, apuntándome con él y fingiendo que me baja el volumen. —¡Qué tonto eres!

—No hables así a tu amo. —Dice subiéndole el volumen a la televisión. —Además, debes cuidar del protector de la Reserva que tendrá que irse a su guardia en... ¿Qué hora es?

—Las diez. —Respondo encogiéndome de hombros. Paul abre los ojos y sale corriendo de casa con un grito de "Sam me va a matar". No sé si es el momento adecuado para decirle que es broma y que solo son las ocho. Me encojo de hombros y subo al cuarto de Paul para seguir limpiándolo. Es más rápido cuando no hay un lobo vago en el piso de abajo exigiéndole que le sirva como si fuese un rey.

Escucho un ruido de un cristal rompiéndose en el piso de abajo y me quedo quieta por el miedo. No sé que debería hacer, pero sé lo que Paul. Agarro su bate de beisbol de metal y bajo lentamente para no hacer ruido y si hay alguien, que no sepa que serán sus últimos momentos. Al llegar a la planta de abajo, camino hacia la puerta de entrada, donde veo claramente la ventana que da al porche rota. Pero ahora escucho la puerta de atrás abrirse y voy lo más rápido y silenciosamente posible hacia ahí, viendo una sombra. Me preparo mentalmente y golpeo el estómago del invasor.

—¡Maldita sea, linda! —Gruñe Paul encendiendo la luz.

—Oh, eres tú. —Digo sin preocuparme. Y no porque no lo quiera, si no porque el bate se ha doblado justo donde ha golpeado a sus abdominales. —He escuchado un ruido, y la ventana del porche se ha roto, creí que había...

Paul me tapa la boca con una mano, y coloca su dedo índice sobre sus labios pidiéndome silencio, asiento rápidamente y Paul me destapa la boca. Comienza a andar hacia el recibidor conmigo detrás de él y vemos una sombra saliendo por la ventana rota.

—Quédate aquí. —Exclama Paul antes de salir corriendo tras esa sombra, pero al abrir la puerta y correr unos metros, se da cuenta de que esa sombra ha desaparecido como un suspiro.

—Paul, esta casa está embrujada. Tenemos que mudarnos. —Digo intentando aligerar el ambiente, pero Paul gruñe y corre hacia el teléfono.

—Sam, tenemos un problema.

Little sister |SETH CLEARWATER|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt