Capítulo 14

28.9K 2.2K 139
                                    

Un Paul de unos trece años me agarra del brazo para que corra, si me paro, estoy acabada. Sé eso con tan solo nueve años, he tenido que aprenderlo por las malas.

—Vamos Amanda. —Dice Paul con desesperación. —El juego es fácil, solo tienes que huir del monstruo lo suficientemente rápido antes de llegar al castillo de las princesas.

Corro con él tan rápido como puedo y llegamos al castillo, donde Paul cierra con pestillo y coloca mi cómoda sobre la puerta. Me mira y sonríe, y nos sentamos contra la pared más alejada de la puerta.

Paul me cuenta cuentos sobre princesas mientras el monstruo golpea la puerta y grita cosas feas, pero mientras mi hermano esté a mi lado, no tengo que tener miedo. Ya que cuando Paul no está, es porque el monstruo está haciéndole daño.

Abro los ojos jadeando con fuerza y me siento de golpe en la cama, observando con miedo la puerta, pero ninguna cómoda está sobre ella, hace dos años que no. Aún así, me levanto y corro hacia el cuarto de Paul, donde mi hermano está durmiendo con solo unos pantalones de baloncesto negros, sin camiseta, sin mantas y con la ventana abierta.

Por suerte para mí, he cogido mi manta, así que me tumbo rápidamente sobre el pecho de mi hermano y me hago un burrito con la manta, dejando solo mi cara a la vista.

—Linda, no soy una cama. —Dice Paul sonando más dormido que despierto. —Vete a tu cama.

—He tenido una pesadilla, bueno, un mal recuerdo ha vuelto a mi mente. —Respondo haciéndome más pequeña sobre mi hermano, quien suspira y me abraza con fuerza contra él. —He recordado como fingías que mi habitación era el castillo, y como él era el monstruo y tu decías que era un juego. Huir del monstruo.

—Me acuerdo, linda. —Dice Paul sin más. —Espero que sepas que el monstruo no se va a llevar a mi princesa, lo sabes, ¿no?

—No quiero irme con él. No sé que espera hacer pidiendo ahora mi custodia. —Digo por fin, después de no haber dicho nada en la camioneta de Sam.

—No te irás. —Dice Paul tan seguro de si mismo que me da confianza al instante. —No va a llevarte lejos de mí. Y ahora, duérmete.

—¿Me prometes que no me llevará con él? —Pregunto apoyando mi barbilla sobre él, mirándolo fijamente. Paul asiente y me besa en la frente.

—Eres mi familia, Amanda. Eres lo único que me queda. —Dice Paul. —Incluso por ti, puedo aguantar de cuñado al pelmazo de Seth.

—Buenas noches, Paul. —Susurro divertida al ver cómo, después de todo, Paul siempre me da lo que quiero tan solo por verme feliz.

—Buenas noches, princesa.

Little sister |SETH CLEARWATER|Onde histórias criam vida. Descubra agora