Fanfic

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Título: Aventura riesgosa.
Personajes: Todos los Robin's.

Adrenalina pura. Eso sentía _________
al saber que caminaba por las calles más oscuras y peligrosas de ciudad Gótica.

Evitaba a toda costa a cualquier hombre que le pareciera fachoso y maleante, pues si bien, antes ya había sufrido de acciones y palabras mal intencionadas.

Ella no iba vestida como prostituta, no, para nada, sin embargo los hombres de Gotham eran unos tipos desgraciados y sin alma que incluso merecían ir al infierno... Se comportaban mal sea cuál sea el tipo de mujer. Sumándole a esto que la chica no contaba con familiares aquí, puesto que se mudó para estudiar en la privilegiada academia oficial de la ciudad, y que ella carecía de mucha valentía y seguridad en sí misma... Así que pensaba, ¿Qué posibilidades tenía ella de sobrevivir en una parte del mundo tan perversa?

Era casi ley que por lo mínimo tres fuese asaltado el habitante una vez en su vida aquí, si es que tenía suerte de que no fuera secuestrado, golpeado o incluso con heridas que lo llevaran a la muerte.

Día a día rogaba que algo malo no le sucediera por las noches al salir del trabajo, sin embargo eso falló... Su día había llegado.
Sin importar la situación y el lugar, _________ siempre estaba atenta a su alrededor pensando que en cualquier momento pudiera ser atacada.

Desgraciadamente, la chica y otras personas presentes en el banco funcionaron tan bien como rehenes para los villanos.

Mientras ella y otros más hacían fila para cobrar su dinero llegaron unos hombres enmascarados seguido de un monstruo, si es que se le puede llamar así a Bane.

A su llegada, unos disparos muy fuertes invadieron el silencio del lugar obligando a todos a tirarse al piso.

- ¡A ver hijos de perra, si nadie quiere que las cosas se compliquen, hagan esta tarea fácil!- gritó el villano aún con una metralleta en sus brazos amenazando con disparar de nuevo.

Todos se quedaron paralizados en su mismo lugar, incluso algunos hicieron una postura fetal para sentirse más seguros y protegidos.

- ¡Por allá!- señaló Bane a la bóveda donde los bancos guardan la mayor parte del dinero- ¡Asalten también a los trabajadores!

Sus sirvientes hicieron lo que él pidió, por lo que colocaron bombas para abrir el gran almacén que contenía el dinero y una que otro lingote de oro y, apuntaron a las cabezas de los encargados en las cajas para amenazarlos por si se pasaban de listos.

- Mmm...- pensó el monstruo mientras se paseaba por los cuerpos tirados- No tardan en llegar los idiotas de los murciélagos, así que pongamoslos a prueba.
¿Qué tan rápido pueden llegar?
¡Hey, enmascarados rojos, amarren a la mitad de personas que hay aquí!

- ¡Sí jefe! ¿Y la otra mitad?

- ¡Subanlos a la camioneta! Veremos cuánto dan por ellos.

A continuación, los enmascarados rojos hicieron lo que pidió Bane en un santiamén. Y para hacer una escena más amenazante y peligrosa amarraron a la mitad restante en un mismo lugar, todos juntos colocándoles una bomba grande y roja con un tiempo aproximado de un minuto.

Una vez que ya habían tomado todo el dinero y las personas, subieron al vehículo.
Bane se sentó en la parte del piloto, cerró la puerta con mucha fuerza, puso en marcha la camioneta pero luego volvió a bajar con la intención de alterar el tiempo.

- ¡Jaja, esos pájaros estúpidos van a fracasar!
¡Treinta segundo en el cronómetro- dijo con su típica voz monstruosa y grave mientras cambiaba la cantidad- ¡Nos vemos perros!

Robin's bookWhere stories live. Discover now