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SAMANTHA


Podía sentir el viento golpear con fuerza mi cuerpo, alborotado mi cabello y sacudiendo mi ropa; le eché una última ojeada a los altos pinos que rodeaban el hermoso prado y contemplé en absoluta soledad como el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte. Mi móvil comenzó a vibrar en el interior de mis jeans, interrumpiendo todo tipo de paz que comencé a experimentar. La palabra "mamá" brilló en la pantalla del aparato y sin muchas ganas de contestar atendí la llamada.

— Al fin contestas, Sam — escuché su voz, imaginando su rostro haciendo todo tipo de muecas nerviosas —, te pedí que me llamaras apenas bajaras del avión.

Reprimí un suspiro y luego de mordisquear mis labios medité una buena excusa. El tema no era que no quería hablar con ella, me encantaban las charlas largas y discusiones sin importancia; el problema era que yo me había cambiado de continente para rehacer mi vida, comenzar de cero y hacer las cosas por mi cuenta. Necesitaba mi espacio lejos de una casa caótica y la sobreprotección de mi madre.

— Perdieron mis valijas en la aerolínea — mentí —, recién estoy llegando a la casa, por cierto es muy hermosa.

— Oh está bien cariño, ya me habías preocupado — pude escuchar el bullicio a través de la línea, Marcus parecía gritarle algo a mi madre —. Ya te dije que estoy hablando con Samantha no con Samuel — se quejó —, de todos modos si estuviese hablando con él no tendrías que por qué ponerte celoso, te dije mil veces que es mi amigo — reprochó. Rodeé mis ojos ante sus absurdas peleas y centré mí vista en los últimos rayos de sol, ignorando su discusión —. Disculpa cariño, ese estúpido lobo sólo quiere drama en nuestra vida, ¿te gusta el lugar?

— Si mamá, es muy ¿hogareño? A pesar de que no tuve oportunidad para recorrer y socializar. Aún no pude ver muy bien la ciudad, pero siento que es acogedor.

— Y lo es — aseguró —. Schiltach es un lugar hermoso, recuerda mandarle mis saludos a Johan, Celina, Bob, Hanna y el pequeño Jasper.

— Ya, mejor me pongo un letrero que diga "Saludos les manda Savannah Pirce" para que lo lea toda la ciudad.

— Te tengo que dejar Sam — murmuró con fastidio —, he quedado con tú tío para ir a ver los arreglos florales.

— Mándale saludos a todos, os quiero.

— Y nosotros, cariño.

La vuelta a casa fue mucho más larga de lo que me imaginaba, no me había dado cuenta de lo mucho que me había alejado de la pequeña casa en la que ahora vivía. Mientras caminaba por el oscuro bosque y rogaba que mi mamá no se enterase de que su "pequeña" hija caminaba sola por un bosque oscuro que no conocía, hice una lista mental de todo lo que debía comprar a la mañana siguiente.

He Is My Mate |ESPAÑOL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora