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SAMANTHA

— Creo que empezamos con el pie izquierdo...

— ¿En qué momento? ¿En el que te atrapé besándote con tú hermana o en el que me tachaste como aprovechadora?— pregunté ante su hermosa mirada, Arian arqueó una ceja y se acercó sutilmente. Todos los demás se habían dispersado, y tras charlar un poco con todos me alejé para sentarme en el borde del muelle.

— Sí, suelo ser un poco idiota.

— Menos mal que sólo un poco — murmuré con burla, levantando mi cuerpo y sacudiendo mi ropa —. De todos modos no es mi problema.

— No tendría que haberte hablado así, por alguna razón me sentí culpable por hablarte de aquella manera. Te busqué para pedirte disculpas pero no sueles estar en tu casa ¿eh?

— No me gusta estar encerrada, es asfixiante.

— Ya tenemos algo en común, somos almas libres — susurró caminando a mi lado, un tonto impulso quiso decirle que también éramos almas gemelas pero mordí mi lengua y preferí quedarme callada —. ¿Crees que podríamos empezar de cero?

Quise decirle que se alejase de mí, que mientras menos hablásemos era mucho mejor para ambos, que no teníamos que forzar ninguna amistad ni mucho menos un vínculo. Yo no debía caerle bien, pero deseaba tanto hacerlo; un sentimiento primitivo surgía en mí cuando estaba a su lado, era un sentimiento que iba a ir creciendo poco a poco.

— Bien — acepté deteniendo mis pasos y girándome hacia él; las palabras habían escapado y ya era muy tarde para echarme hacia atrás. —. Soy Samantha Pirce - me presenté conteniendo una sonrisa y extendiendo mi brazo.

— Arian Kahler — estrechó mi mano mordiendo su labio inferior, gesto que me pareció demasiado atractivo y me llevó a preguntarme a qué sabrían sus labios, y el contacto con su piel fue tal y como lo recordaba, la suavidad y el calor seguían allí.

— Bueno Arian, fue un placer conocerte, pero creo que te están llamando por allí — señalé como a los lejos Jenell alzaba sus manos intentado llamar la atención del licántropo, él aún seguía apretando mi mano y cuando dio con los ojos de la rubia rompió el contacto; Arian asintió algo avergonzado y dándome una última mirada comenzó a alejarse.

— Es lindo — murmuró una voz a mi costado, estaba tan sumida viendo como Arian se alejaba que no me había dado cuenta de la presencia de una humana a mi lado. La chica era guapa, de cabello castaño corto por encima de los hombros y tez blanca, sus ojos eran de color avellanas y era un poco más baja de estatura que yo.

— ¿Quién? — pregunté disimuladamente.

— Todos — rió torpemente —. Pero Arian tiene algo especial... es una especie de Ángel, ¿has visto la profundidad de sus ojos?

He Is My Mate |ESPAÑOL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora